ғʟᴀsʜʙᴀᴄᴋ

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Bʀᴀsɪʟ, sãɴ ᴘᴀʙʟᴏ

Nᴀʀʀᴀᴅᴏʀ

La pelinegra apoyo sus manos en su vientre en un intento de protegerlo de la gente que la estaba siguiendo. Se apoyo detrás de una casa, viendo como las camionetas negras pasaban a toda velocidad por la calle. Sentía grandes puntadas en la parte baja de su abdomen, su bebé le estaba diciendo a gritos que quería llegar a este mundo.

Respiro profundamente intentando calmarse y controlar la situación, los dolores eran más fuertes que sus pensamientos en esos momentos.

Necesitaba proteger a su bebé.

Se acercó hasta una casa, con las pocas fuerzas que tenía, sintiendo como el agua mojaba sus piernas. Tocó varias veces, esperando que alguien la atendiera y la ayudarán.

—Hola, ¿Qué ocurre?—Pregunto la señora al abrir la puerta de madera, viendo a una joven con el cabello desarreglado, sudada y con la ropa sucia.—¿Te encuentras bien, cariño—Le sostuvo la mano.

—Estoy por dar a luz, necesito que me ayude.—Suplicó dejando caer algunas lágrimas silenciosas. Nunca imagino que las cosas serían así, no para ellas.

La señora se alarmó al verla así y rápidamente la hizo entrar a la casa, sentandola en el sofá de la sala. A los minutos, entró un hombre mayor a la casa viendo la situación con confusión.

—¿Qué está pasando?

Le pregunte a su mujer.

—Esta por dar a luz.—Le dijo, con obviedad mientras acercaba un recipiente con agua y otras cosas que le serían de ayuda, mojo un trapo en el agua tibia y le limpio el rostro a la joven con delicadeza, quien le agradeció con la mirada.

—¡Pero hay que llevarla aun hospital, clara!—Le dijo, como si su mujer estuviera loca.—¿Acaso enloqueciste? No puedes atenderla aquí.

—Toco la puerta de casa por ayuda, no creo que pueda ir a un hospital.—Lo miro brevemente y él negó, yéndose al cuarto de arriba.

La joven volvió a regularizar su respiración cuando se sintió un poco más segura y sobretodo sintió que su bebé estaría a salvo, que era lo más importante para ella.

No había nada más para ella.

—Todo estará bien, lo prometo.—Le aseguro la mujer, viendo la mirada cansada de la pelinegra. Por un momento vio la mirada de su hija en la de esa joven mujer.

—Gracias por hacer esto...—Le susurró débilmente—Tienes que protegerla por mi, te lo suplicó. —Se aferro a la mano de aquella señora.

—Lo haré, cariño..

[>>>]

—Vannia, ¿Todo bien?—Le pregunto brian intentando sacarla de sus pensamientos. Ella lo miró, viendo la mirada de aquella bebé que sostuvo entre sus brazos durante tan poco tiempo.—¿Vannia?

La joven se encontraba perdida en sus pensamientos hace ya demasiado tiempo y no estaba escuchando ni un poco de lo que decían sus compañeros de equipo, solo seguía por inercia.

—Vanya..—Susurro ella, teniendo aun la mirada perdida en los ojos azules del contrario.

—¿Qué?

—Hay que encontrarla..

—¿De quién estas hablando?—Le pregunto, agarrandola de la mano, logrando que ella vuelve ensimisma. Se alarmó al verlo tan cerca, porque no lo esperaba.

—¿Qué te dije?—Pregunto de una forma un poco a la defensiva, haciendo que el rubio se aleje un poco.—Dime brian, ¿Qué fue lo que dije.

Él negó.—Nada, tranquila..

—Brian, dímelo.

—Realmente no dijiste nada, vannia.

—Oh.. lo siento...

Brian, se sentó a su lado nuevamente. Volvió a sostener su mano, con cuidado y ella lo dejó.

—¿En qué pensabas? Parecías pérdida, como si estuvieras en otro lugar y viviendo otro momento...—Murmuro intentando indagar en el tema.

—No lo recuerdo..—Mintió.—Algo sobre mi hermano, como siempre.. nada importaba, O'conner.

—¿Segura? Dijiste algo sobre encontrar a alguien..

Ella asintió. —A mi hermano.

Él no le creyó.


Mʏ ғɪʀsᴛ ʟᴏᴠᴇ  | ᴮʳⁱᵃⁿ ᴼ'ᶜᵒⁿⁿᵉʳ Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu