Perra traicionera.

922 116 3
                                    

—Vamos, brian, ¿A quién elegis?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—Vamos, brian, ¿A quién elegis?

Insistió seriamente sin sacar su mirada de mi. Al no obtener una respuesta de mi parte, se levantó acercándose al vidrio y acto seguido presionó un botón, que hizo abrir ese mismo vidrio, dejándolo pasar a donde estábamos nosotros.

—Hacen de algo tan sencillo, un espamento tan grande.—Dijo él guardándose el arma en su cintura. Intentaba tener mi mirada en él y en la pequeña que seguía en la cama, en silencio.—Es tan simple, como que me des la jodida información y puedes irte con tu maldita hija. Solo te necesito muerta sino me das eso, cuando me lo des puedes irte.—Murmuro con tranquilidad, mirándola a vannia.

—Déjala ir.—Insistió ella.

—Vas a lograr que la mate y no queremos eso, amor.—Murmuro con fastidió, agarrandola bruscamente del rostro.—¿O no, brian?—Me miro sin soltarla.

—No..—Murmure con dudas. No quería pisar el palillo, ni hacer algo que las pusiera más en peligro. Cuando él volvió a poner su mirada en vannia, me acomode el intercomunicador esperando escuchar a tej nuevamente y así fue.

Tranquilo.—Me dijo.—Los tenemos en las cámaras, todo va a estar bien. No hagas ningún movimiento en falso, porque la situación es una bomba de tiempo que puede explotar en solo segundos.

—¿Tienes tu arma?—Pregunto ramsey y asentí de una forma demasiado ligera, intentando que no se note.—¿Puedes tener acceso a la niña?—Volví a asentir otra vez.

—Necesito que llegues a ella, brian. Inventa algo para acercarte a ella, lo suficiente como para poder cubrirla con tu cuerpo.—Dijo tej.

¿Como sabes qué es mi hija?—Le pregunte ganandome su atención, haciendo que suelte a vannia. Otra vez el silencio se apoderó de la habitación y eso me puso nervioso.

—No tienes una idea de lo que esta mujer lloro por ti, O'conner. Lo que sufrió dentro de ese cuartel y como le pidió a dios que la llames.—Murmuro él poniéndome la piel de gallina.

¿Como sabía todo eso?

—¿O no, morocha?—La miro.—¿No le has contado lo de nosotros? ¿Como te salve la vida?—Me volvió a mirar fijamente.—Ella es una perra traicionera, brian.—Me Advirtió.

—Cierra la boca.

Pidió vannia.

—Cuando descubrío todo lo que pasaba en los cuarteles policiales en brasil, cuando vio cosas que una mujer como ella no iban a tolerar y quiso entrometerse, logrando que el gobierno brasilero la quisiera muerta.. se acordó de su estúpido hermano.

Comenzó a explicarme.

—El idiota que trabajaba para mí y que yo quería muerto, desde hace muchos meses.—La miro brevemente.—Toco mi puerta pidiendo ayuda. Necesitaba esconderse y yo era él único que podía ayudarla, pero no todo es tan fácil. Es una buena guerrera y soldado, me facilitó las cosas con su hermano y le salvo el trasero al idiota, porque también es una buena mujer.—Murmuro en otro tono, haciéndome entender de lo que hablaba.

Brian.—Dijo tej.

—¿Puedo acercarme?—Hice referencia a la pequeña.—Ya tome una decisión, thomas.

Él me sonrió.—Ve, con cuidado.

Me acerque lentamente sentándome junto a la pequeña, que me miro con sus enormes ojos azules y sus mejillas rosadas.

—Hola hermosa..

—Y entonces, ¿Qué eliges?

—Tú lo dijiste.. Es una perra traicionera.  Haz lo que quieras con ella, yo solamente quiero a mi hija.—Dije seriamente, alzando a la pequeña con cuidado.

—Eres malvado, rubio.—Dijo él con diversión antes de darme la espalda para poder mirar a vannia.

A la cuenta de tres, te agachas y le das la espalda a la puerta.

Dijo ramsey.

—Uno.. dos.. tres.













Mʏ ғɪʀsᴛ ʟᴏᴠᴇ  | ᴮʳⁱᵃⁿ ᴼ'ᶜᵒⁿⁿᵉʳ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora