SONROJADA

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Amanecí con todo el ánimo del mundo

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Amanecí con todo el ánimo del mundo. Es lunes y solo pensar que voy a ver a Darío me pone de muy buen humor, además de que todo va perfecto en la escuela, sin bullying, sin nombres. ¡Me encanta eso!

Es lo que soñé para este año y pensar que desde el primer día de clases vi todo caer, es devastador ¿Quién diría que he amado tanto estos días de preparatoria? Hace solo unas semanas deseaba que la escuela hubiera terminado y todos los lunes se sintieran como mi funeral viviente. ¡Es asombroso!

Me subo al carro de la madre de May hoy Lucia no está para llevarme, así que voy con ella, el chofer de su casa nos llevará porque la mamá de May no le confía su carro. Su auto está en el estacionamiento, supongo hoy alguien más va por él.

Caminamos por el pasillo y discretamente busco a Dario, que May no lo note. No tenemos clase juntos a primera hora, pero siempre lo veo en el pasillo de camino al vestuario casi a esta hora.

Miro a mi alrededor, pero no lo veo por ninguna parte. Me parece extraño porque los otros chicos de gimnasia que van al vestuario me acaban de pasar incluso en el grupo va Maik, es raro que Dario no esté con él.

¿Y si no viene hoy? ―Bueno, si no está loco debe venir hoy, porque entregaremos nuestro castigo y de no hacerlo le llegará otro.

¿Qué te pasa Clear? ¿A ti que te importa si llega o no? Te sonríen dos veces y te ilusionas como tonta, bájale dos a esa obsesión―Me abochorno mentalmente.

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Esta clase es tan aburrida. No me gusta la química y esta maestra es habla y habla de unas cosas que no entiendo para nada.

Mi mente solo viaja a Dario y esos sueños tan perturbadores que he tenido. Siento como la piel se me achica cuando pienso en ellos y pequeños pulsos y corrientitas atacan mi intimidad.

― Clear presta atención a esto―

― ¿A qué? ― Respondo espantada al llamamiento de May, porque estaba tan lejos que perdí el sentido de la clase.

― ¿Qué te pasa? No estás en este mundo― May me mira con una cara de preocupación.

La verdad que no entiendo nada de lo que la maestra habla. Está explicando algo de la tabla periódica, sobre pociones y cantidad de átomo, cómo obtener no sé qué cosa, la verdad no comprendo nada, pero de igual manera sigo mirando a la maestra dando su explicación basura.

Suena el timbre y agradezco a Dios, porque la verdad es que ya no aguantaba una palabra más sobre esta aburrida y tan agotadora clase.

― Clear, sé que odias la química, pero lo de hoy fue otro nivel de disimulo.

― De qué disimulo hablas, si estaba muy concentrada―le digo con una cara de sorpresa mientras cierro mi casillero.

― ¿Oh si, como no? Si te hable unas cuantas veces y estabas como tonta sonriendo y ni me respondiste.

DISCOVERING MYSELFWhere stories live. Discover now