Capítulo VIII

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El alborear daba paso a un nuevo día, una nueva mañana y muchas preguntas al igual que un nuevo tipo de sentimiento, resentimiento

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El alborear daba paso a un nuevo día, una nueva mañana y muchas preguntas al igual que un nuevo tipo de sentimiento, resentimiento.

Revoloteaba alrededor del cuarto cepillando mi pelo pensando en el sueño de anoche, aunque no solo era eso lo que me inquietaba. Lo acontecido anoche me dejó con un sabor amargo en la boca, podía sentir como la saliva se espesaba en mi boca al recordar sus palabras <<Una tarea que debo de completar>>, resonaban dejando un eco insoportable en mi cabeza.

Sacudí mi cabellera queriendo apartarlas como bichos, no podía dejar que me lastimara cuando aparentemente a él tampoco. Fue muy crudo, pero era la realidad. Podía confiar en él, me protegía pero tenía razón, me dolía aceptarlo. No éramos amigos. No iba a negar que en este poco tiempo que lo conocía me empezaba a agradar.

Enfoque mis pensamientos en algo más importante, Crisantemo. El sueño y su reflejo me inquietaba, siendo lo último lo que me inquietaba más. Quería pensar que era quizás algo relacionado a los lotos que puso en el espejo. El suyo era más pequeño. Me acerqué a la ventana y me senté en el buró mientras dejaba que el viento se deslice entre las hebras de mi rojiza cabellera, tomé todo el aire que pude para llenar mis pulmones causando un tranquilidad infinita en mi ser. El relincho de un cabello me llevó a mirar hacia abajo.

Más abajo en una pequeña caballeriza estaban Darklan y Turmalina. Alcé mis hombros, ahora sabía quien podría aclarar mis dudas. Salté del festejador para tomar mi ropa y vestirme a toda prisa.

Caminaba hacia la caballeriza con un plato de comida para Turmalina. Tenía esperanzas de que el semental conociera del espejo, eso me daría de una pista sobre lo que le podría estar sucediendo a mi hermana.

—¡Buen día!. —Deposité el plato a sus pies y fui recibida por un asentimiento de ambos.

—Mi favorito. —Turmalina alzó su cabeza como un gato olfateando, sonreí por su acción.

Tomé el heno que estaba en la parte de atrás para acercarme a Darklan quien con un leve asentimiento me agradeció, empecé a desenredar su crin en silencio. Quería preguntar pero no sabía cómo abordarlo. Pero tenía que hacerlo, era necesario, además no quería preguntarle a Bastian, no después de lo de anoche.

—¿Darklan?. —El mencionado alzó su cabeza para verme —¿Qué sabes del Espejo del Destino?.

El corcel se quedó en silencio parece que mi pregunta lo había tomado por sorpresa.

—Es un artefacto mágico, creado para la pequeña princesa. Sirve para ver el futuro de quienes se reflejan en él. —Bueno eso dejaba claro lo de anoche, pero no contestaba mi duda.

—Al referirte con la pequeña princesa, ¿hablas de mi hermana?. —El asintió —Y este espejo que tanto de nuestro futuro muestra.

—Pues más que todo como nos veríamos en el futuro —dijo.

Amapola de fuego y cenizas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora