Capítulo XII

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—Turmalina —llamé a mi compañera y se colocó a mi lado—

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—Turmalina —llamé a mi compañera y se colocó a mi lado—. Amiga, ¿si estás viendo?.

La explanada era enorme, el suelo era de arena. Había cuatro pisos solo para las tribunas. En el medio un palco, con un par de asientos, y en el centro la plaza de entrenamiento y combate.

—Si —respondió, alargando la última vocal—. Chica, te van a patear el trasero.

Elith y el odioso grandulón estallaron en risas por el comentario. Giré mi cabeza en un ángulo de cuarenta y cinco grados para ver verla, se encogió de hombros apática.

Sabía que me iban a aniquilar era más que seguro, pero no esperaba ese comentario. Parpadeo un par de veces esperando que cambie de opinión, la fulminé pero ella solo miró al frente ignorándome por completo.

—Tiene razón —concordó, burlón el grandulón.

Yo lo miré de reojo y como con Turmalina lo fulminé con la mirada.

—¿Eres mi amiga o mi enemiga?.

—Amiga, y solo soy franca.

—Sutil y afilada, como una daga —agregué resaltando las últimas palabras con dureza.

El recorrido continuó por todas las instalaciones. Había demasiados cadetes y aspirantes, iban y venían entre las diferentes plantas y salas.

—¿Todos llegan a entrar?.

—No, no todos —contestó—. Estamos en semana de pruebas para la Unidad de Élite. Del cien por ciento de aspirantes, sólo un cinco por ciento logran pasar.

—Pero no sobrevivir —murmuró, el grandulón.

Al parecer en el centro eran demasiados estrictos y más que todo, selectivos. Rondamos un poco más por los alrededores del centro, y en todo el camino pude sentir y escuchar los comentarios de los cadetes de la academia.

Las opiniones eran variadas, desde el «¿Es ella?, no es muy pequeña», «Creía que iba a ser más grande». Hasta algunos que me lastimaron «No creo que logre ganarle a Rania» y «¿Se supone que ella nos defenderá?».

Reconocí que esa última dolió más, me preguntaba ¿Quién esperaba que fuera?. Es que acaso no estaban enterados de la historia. Perseguida, asesinada, perdida y encontrada. ¿Cómo se supone que iba a cultivar un poder divino?, si todo eso me había pasado.

Parecía ser la única en notarlo, Elith estaba concentrada en enseñarme el lugar y el grandulón solo ponía cara de aburrimiento. Parecía estar ahí solo por obligación.

Las miradas y comentarios fatalistas. me habían bajoneado. No solo tenía que estudiar y entrenar en un tiempo limitado, agrégale que tengo que llenar las expectativas no solo de una raza, también del mundo entero.

—Llegamos. —Entramos a una sala de práctica llena de cadetes practicando entre ellos —. Durante al menos un mes deberá entrenar en la colchoneta las diferentes técnicas de combate y pelea cuerpo a cuerpo.

Amapola de fuego y cenizas.Where stories live. Discover now