RELATOS ERÓTICOS

Sola con papi 2

—¿Por qué quieres hacerlo aquí?- preguntó Eros mientras se acercaba poco a poco.

—Una fantasía- sonreí traviesas quitándome por completo la ropa quedando expuesta ante él.

Me vio con una media sonrisa, jadeé cuando me tomó del cuello y me aventó violentamente a la cama que comparte con mi madre.

—Ahora sí, pequeña, probarás lo que es ser follada por un hombre que te desea de una forma peligrosa- amenazó Eros con voz ronca mientras comienza a acariciar la punta de mis pies, subiendo poco a poco hasta llegar a mis piernas y acariciarlas suavemente viéndome con lujuria.

—No sabes cuando desee que llegara este momento- confesé tomándolo del rostro y devorando sus carnosos labios, gemí cuando siento como va introduciendo dos de sus dedos en mi intimidad haciendo que me retuerza del placer.

Abandona mis labios para dejar besos por mi cuello hasta llegar a mis senos, se lleva uno a la boca, succionado mi pezón y tomando el otro seno en sus manos. Después de darle la misma atención a mi otro seno me toma de la cintura para luego hacer un camino de besos hasta mi intimidad, empuño las sábanas en mis manos cuando besa mis labios vaginales de una manera exquisita.

—¡Ahhh!- gimo alto al sentir la lengua de mi ardiente padrastro, penetrarme, entierro mis dedos en su cabello evitando que pare, abro más mis piernas para darle más acceso y el gustoso sigue lamiendo mientras toma mis senos entre sus manos.

— Saben delicioso- murmura para volver a penetrarme con la lengua, todo mi cuerpo tiembla, el primer orgasmo me alcanza.

Eros se traga todos mis fluidos gustoso, sonrió cuando vuelve a subir y besarme de una forma voraz haciendo que pruebe mi sabor en sus labios, suelta un gruñido cuando doy vuelta tumbándolo sobre su espalda quedando a horcajadas encima de él.

Sonriendo bajo hasta quedar de rodillas en la orilla de la cama y bajando poco a poco su bóxer.

Me mordí el labio inferior al ver a su enorme y exquisita polla ser liberada, sin tardar comencé a lamer, comenzando a pasar mi lengua desde la base hasta la cabeza de su pene. Seguí así viendo con deleite como él disfrutaba de lo que le hacía, levantó la cabeza y tomándome de los hombros, me alejo y se sentó completamente en la orilla de la cama, con una de sus manos me tomó de la parte de atrás de la cabeza enredando mis cabellos en su mano y empujándome a su polla.

—Chúpala ahora — me ordenó con voz ronca, obedecí gustosa, sin rechistar.

Mis manos tomaron sus testículos masajeándolos, así, observe con picardía como Eros cerraba los ojos ante mi tacto. Se me había olvidado lo bueno que era hacer esto, cuan delicioso era ver a un hombre derretido entre tus manos por el placer, ya que nunca había hecho esto con alguien más, mi única regla era no hacerle un oral a ningún chico, a nadie excepto a aquel hombre que despertara el deseo más pasional y sucio en mí y Eros era ese hombre.

Seguí trazando círculos delicados alrededor de la corona de su polla, no hice más que lamer con deleite y necesidad, demostrándole así cuanto lo desee, Eros abrió sus ojos clavándolos en los míos gruñó de placer.

En un rápido movimiento me metí el glande a la boca, moví mi cabeza con impaciencia sobre su polla, subiendo y bajando mis labios al rededor de ese exquisito manjar, Eros jadeo y tomándome del cabello hizo que fuera más rápida. Sus caderas y piernas vibraban con la necesidad reprimida de empujarse en mi boca, sujetándome por encima de su pene, empujando hacia arriba con sus caderas hasta que llego a la parte posterior de mi garganta, haciendo que me estremeciera mientras se deslizaba de vuelta, mis labios, mi lengua y mi paladar, todo ello lo acariciaba, avivando aún más la llama del placer. Nunca estuve tan mojada como en ese momento, eso era seguro, y cuando sacó su pene de mi boca, pude ver cada vena, podía sentir la cresta dolorosamente hinchada y el estallido de la punta de aquella polla tan deliciosa.