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Cierro el libro de golpe al sentir la humedad en mis bragas, uso mis manos como abanico para darme aire fresco, bendita sea la literatura erótica.

Cierro mis piernas con fuerza, la sensación es incómoda Pero caliente.

—¿Todo bien?—miro al chico frente a mí, asiento lento, aunque nada está bien, sin poder evitarlo, mis hormonas me hacen bajar mis ojos a sus pantalones, el chico es alto, muy alto, tez blanca, cabello rizado castaño y unos ojos avellana preciosos, y sus labios, sus rosados y carnosos labios, mi libido está subiendo de manera muy rápida y caliente, ya lo he visto más de una vez, él trabaja aquí.

—Solo leía literatura erótica —le muestro el libro en mis manos, sus mejillas se tornan rosas al ver la portada.

Que él lo ha leído también.

—E… Entiendo—responde nervioso, muerdo mi labio, su timidez me calienta mucho, me pongo de pie, sorprendiéndome por la diferencia de altura, me saca como treinta centímetros.

Sonrió cuando sus ojos se posan en mis senos, la blusa escotada se esfuerza un poco en cubrirlas.

Carraspeé haciendo que sus ojos volvieran a mí, sus mejillas tomaron un color rosa precioso, acomoda sus gafas nervioso.

—Este libro en especial te deja muy picado—muevo el libro en mis manos.

—Sí, lo he leído—responde en voz baja, lo sabía.

—La escena del capítulo trece es muy excitante —digo abriendo el libro—Que afortunada la protagonista, cualquiera quisiera ser tomaran de esa manera—sus ojos viajan a cualquier lugar, menos a mí, lo he puesto nervioso—¿Qué libro me recomiendas?

Me mira por unos segundos antes de tomar un libro de la estantería a nuestro lado.

—Este—me lo extiende, la portada es con tonos oscuros, al abrirlo le doy una ojeada, sus páginas son negras y trae ilustraciones.

—Uh, me parece que lo vi antes—susurro leyendo la sinopsis—¿Qué tal es?—pregunto viéndolo de nuevo, relamo mis labios al notar las pecas en su rostro, de color café claro, me dan ganas de lamerlas mientras lo monto.

—Muy bueno, te deja con ganas de...—se queda en silencio de inmediato al caer en cuenta lo que diría, cierra loa ojos unos segundos— digo...

—¿Con ganas de follar?—pregunto atrevida.

—Sí... bueno...—rasca su nuca viendo hacia el suelo.

—Y con el corazón acelerado—agregó acercándome un poco—como este que me ha dejado con el corazón a mil—sus ojos avellana me miran y juro que puedo notar un brillo de deseo en ellos.

—¿Sí?

—Dame tu mano—le pido, dudoso, obedece, sin tardar la guio hasta mi pecho, haciendo que note el latir de mi corazón.

—Eh—murmura, su mano es suave, el toque se siente ligero, demasiado.

—¿Lo sientes?—le pregunto, asiente leve, aprovechando bajo un poco más hasta dejar su mano en mi seno, mis bragas ya estaban empapadas, pero al verlo morder su labio se humedecieron de más, ese gesto lo hizo ver tan masculino.

Cerré los ojos al sentir el pequeño apretón que le dio a mi seno.

Los abrí cuando sentí que intento alejarse, antes de permitírselo bese el dorso de su mano hasta llegar a sus dedos y meterme su dedo índice y el dedo medio a la boca.

Un jadeo se le escapó, sin tardar lo empujé a una de las estanterías haciendo que su espalda chocara con ella.

Sin dejar de verlo subí mis manos a su cuello, dejando caricias leves, las fui bajando poco a poco, acerque mi rostro al suyo solo rozando nuestras narices, su respiración se tornó pesada, lo abrace de la cintura y sin tardar me adueñé de su boca, sus labios tibios me recibieron de manera lenta, jadee al sentir el bulto entre sus pantalones, tome ambas de sus manos y las coloque en mi trasero, la falda no me cubría casi nada y menos ahora que estaba de puntitas para alcanzar al precioso que a pesar de estar tenso sabía que estaba disfrutando, sus manos cálidas acunaron ambas de mis nalgas, con cautela baje mis manos a su paquete y lo restregué con mi palma, me urgía sentirlo.

—No—mordí mi labio cuando me separo de su cuerpo, sus ojos avellana me veían con deseo, pero, sin embargo, antes de que pudiera quejarme se dio la vuelta y desapareció entre los pasillos.

—Mierda—dije frustrada y acalorada.

Me inclino en una de las mesas, respire profundo, mi sexo estaba latiendo como mi corazón, estaba deseosa como yo, sin importarme nada baje una de mis manos a mis bragas y las hice a un lado, me lleve los dedos de la otra mano a la boca para lubricarlos, sin tardar me penetre de esa manera, mis quejidos se hicieron presentes, mis piernas se sentían débiles, me volteé quedando de frente a la mesa, apoye una de mis manos en ella y sin perder el ritmo me seguí dando placer.

Tenía que tener un orgasmo o moriría.

Era una suerte que los viernes no muchos acostumbrarán ir a la biblioteca, y menos a la sección de romance, todos estaban en las áreas de libros académicos.

Seguí mi propio ritmo, un gemido se me escapo al sentir mi vientre contraerse.

—¡Ah!— grité sorprendida cuando un cuerpo me aprisionó contra la mesa, gemí al sentir un bulto en mi trasero que en segundos se restregó en mí.

—Me pone tanto verte masturbándote—sonreí al escuchar la voz ronca en mi oído, intente voltear, pero me lo impidió—Te voy a joder a mi manera—susurro subiendo mi falda hasta la cintura, empuñando mis bragas en sus manos—Y no jodo con gentileza —aviso antes de arrancármelas.

—Pensé que no querías.

—No es correcto, pero verte tan cachonda me pudo más—confeso, gemí cuando estrello una de sus manos en mi nalga derecha.

—Eh—me queje al sentir un leve ardor que en segundos fue sustituido por placer.

—Te voy a tomar rudo, fuerte, y muy rico, ¿lo soportarás?—pregunto tomándome de las tetas.

—Mierda que sí —respondí entre jadeos cuando tomo la mano que antes tenía en mi coño a sus labios.

Me agarré con fuerza de la mesa cuando me saco la blusa y después el sostén.

—Nos pueden ver—mustié cuando siguió con mi falda.

—Ya he sacado a todos, cuando eres el dueño puedes mandar a la mierda a todos—gruñó dándome la vuelta.

Abrí la boca un poco al ver al hombre frente a mí.

Ya no era un chico tímido, era un hombre dominante, lo supe cuando me tomo de las caderas, me puso de cuclillas.

Y encantada de comérmelo pies a cabeza.

Sobre todo comerme ese apetitoso miembro que me señalaba al ser liberado, esa corona rosada me invito a chuparla como mi paleta favorita.

/DF\

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⏰ Última actualización: Mar 12 ⏰

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