# 15

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Después de la victoria contra Panamá, el seleccionado argentino continuó concentrando en el predio. Aún les quedaba el partido contra Curazao la semana entrante. Sin embargo, por ahora, tocaba descansar.

Era viernes por la noche. En la AFA, se había preparado una gran cena, como solían hacer cuando se encontraban en Qatar. Aquella escena le trajo varios recuerdos a Lionel. Ya habían pasado 4 meses desde los hechos más importantes de su vida.

La cena transcurría. Se percibía mucho bullicio en el ambiente, mucha diversión. Los niños jugaban entre ellos y los adultos conversaban, entre gritos y risas.

Lionel y Emiliano estaban sentados cada uno con sus respectivos grupos. Mientras Dibu hablaba con Rulli y Acuña, Messi estaba junto a De Paul y Paredes, charlando acerca de los días de entrenamiento que se venían y de lo mucho que habían extrañado concentrar juntos. Durante toda la noche, sus ojos chocaron un par de veces. No obstante, nunca concretaron el contacto directo entre ellos, más que un simple saludo al llegar o algún "pasame la sal" en la mesa. Y Emiliano no se quería obligar a hablarle como si nada pasara. Simplemente no era orgánico.

Recorriendo el panorama general, en una esquina se podía visualizar a Lisandro junto a Cuti y Nahuel, quejándose de la ausencia del joven español Garnacho. Dicho jugador había sido convocado, mas no había podido asistir debido a su lesión.

─Garna estaba re ilusionado ¿me entendés? ─Licha estaba cayendo ante los efectos del fernet que estaban bebiendo ya hacía una hora. ─Me partió el alma cuando le dijeron que no podía, se los juro.

─Ya va a tener más oportunidades, Licha. Queda todo un año, seguro Scaloni lo vuelve a convocar. Es joven ─Romero le daba palmaditas en la espalda, intentando "consolarlo".

─¿Quién es joven? ─Emiliano apareció por detrás, uniéndose a la charla. Había visto a lo lejos a Lionel acercándose al círculo también, así que era excusa perfecta para volver a entablar una conversación.

Licha volvió a hablar del mismo tema cuando sus compañeros empezaron a sumarse al círculo. Algunos comenzaron a molestarlo por encontrarse así debido a la ausencia del menor, aclamando que se había tomado muy en serio el papel de hermano mayor.

Y los únicos que parecían no estarle prestando atención al tema eran Messi y Martínez, quienes estaban enfrentados en la ronda y se miraban fijamente de vez en cuando. De a momentos, Dibu dirigía sus ojos a los del rosarino, sorprendiéndose con que éste ya se encontraba mirándolo.

Pasaron así unos diez minutos, hablando entre ellos sobre los sillones, algunos sentados y otros parados. Emiliano era de los que estaba de pie. Y esto le facilitó el trabajo a Mateo Messi, quien agarró la pierna del arquero y tiró de ella.

─Dibu, dibu ─la voz del pequeño llamó su atención. ─Vení a jugá'.

Toda la ronda dirigió su atención al pequeño Messi, para continuamente reír ante la petición.

Martínez buscó la aprobación de Lionel, topándose con una cara sonriente mientras le asentía.

─Andá, andá ─pronunció el padre. El más alto sonrió y siguió a Mateo, quien lo tiraba tímidamente de su brazo.

Una vez alejados de la multitud y con una pelota yendo y viniendo, los hijos de Lionel, en cuestión de segundos, se habían apoderado del 23.

Era de público conocimiento que tanto Thiago como Mateo y Ciro admiraban fielmente a Emiliano, llegando a insistirle a su padre para que lo invitara a casa o para que les comprara la camiseta con su dorsal. Aunque el más insistente con esto era Thiago, quien parecía haberle agarrado un cariño especial al arquero.

𝗞𝗜𝗦𝗦𝗘𝗦 𝗔𝗡𝗗 𝗥𝗘𝗚𝗥𝗘𝗧𝗦 messi, dibuWhere stories live. Discover now