SOMOS UNO..TOCANDO EL CIELO

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¡¡¡ ADVERTENCIA, CAPÍTULO CON CONTENIDO EXPLÍCITO, FAVOR SI NO TE GUSTA ESTE TIPO DE CONTENIDO, FAVOR PASAR DE LARGO, AHORA SI, CONTINUEMOS!!!!!!!

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Después del último incidente que taehyung y jungkook habían tenido, decidieron continuar con lo que sea que estuvieras teniendo, llevaban poco más de un mes juntos, nuevas facetas y experiencias adquiridas estaban experimentando, todo estaba bien, jungkook estaba feliz, estaba volviendo a la etapa de sonreír por cualquier cosa, con su papá y su hermano se estaba llevando demasiado bien, los tres reían por cualquier motivo, cenaban juntos casi todos los días, y eso tenía encantados a los mayores, su hijo y su pequeño hermano estaba volviendo a la vida, verlo sonreír, sonrojarse y hasta tartamudear cada vez que le preguntaban por el chico bonito hacia que sus corazones sintieran una enorme calidez, pero no todo es color de rosa, ese día particularmente estaban tenido una cena los tres, hablaban de trabajo y cosas cotidianas, jungkook ese día tenia un humor maravilloso, tanto así que desde temprano comenzó preparando el desayuno para su familia, hacia unos tres días, se había puesto de acuerdo con su angelito para cenar juntos en casa de su padre, si, quería dar ese paso, quería que su familiar conociera al causante de su cambio, al ser que le estaba dando nueva vida, estaba seguro que su familia amaría tanto a ese chico como el, porque si, estaba locamente enamorado, si alguien le hubiera dicho hace un mes que sería un "dominado" y estaría enamorado hasta las patas, el le habría pegado un puñetazo, pero ahora.. ay dios, ahora su vida era tan perfecta, no sabía como, cuando o donde se dio cuenta de sus sentimientos, solo sabía lo que su corazón le dictaba y era amar con locura a su hermoso ángel, taehyung lo entendía, lo acompaña en sus momentos tristes, reía con el en sus mejores momentos, jamás lo dejo solo. Mientras servia el café de su padre, recordó la vez que estaba con su bebé en la misma cafetería que se había encontrado con su madre, el se sentía nervioso, ese lugar le causaba repulsión, no quería estar ahí, pero su ángel, quería pastel de avellanas, y pues quien era el para negarle ese capricho a su bebé, estaban pagando cuando una risa totalmente conocida para el se hizo eco en el lugar, su madre nuevamente había llegado ahí, cuando se giro para enfrentarla, ella y su amante quedaron estáticos, quería partirle la cara a ese tipo, y de paso a ella, pero sea como sea, ella era quien le dio la vida, la amaba, si que lo hacía, pero el rencor y el odio que experimentaba en ese momento era mucho más grande que ese amor de hijo, cuando dio un paso al frente, todos se tensaron, no querían vivir nuevamente lo mismo que habían pasado semanas atrás, cuando jungkook se estaba cegando, una mano acaricio su brazo tatuado, lo tomó por la mejilla y lo beso, un toque dulce que logró calmar todos sus demonios, lo miró a los ojos, y vio amor y comprensión en aquellos círculos iluminados, se tranquilizo y tomó la mano de su chico, beso sus nudillos y agradeció internamente que el estuviera ahí, de lo contrario otro cuento sería.
-- vamos kookie, esta bien, todo está bien, estoy contigo no te dejaré solo amor--.
"Amor", una palabra y muchos significados, pero para el, en ese momento significaba mucho más, lo miró y...si talvez ese fue el momento que se dio cuenta que el también amaba a su angelito, tomó aire, miró atrás de la cabeza de su chico, y solo camino a la puerta, no valía la pena, ellos no valían la pena.
Salieron de la cafetería, jungkook tomo de la nuca a taehyung y lo beso apasionadamente, con ese beso le demostraba todo su amor, con ese beso le dio las gracias, y también le confirmo lo enamorado que estaba, no lo dejaría ir, porque sus tormentos desaparecían cuando ese chico de cabello gris y ojos azules aparecía frente a él.

Faltaba poco menos de media hora para que taehyung llegara a su casa, jungkook estaba con las revoluciones a mil, buscaba y buscaba que todo estuviera perfecto, nada podía salir mal, su angelito debía tener la mejor presentación.
Estaba terminando de poner el postre de avellanas en el refrigerador, cuando el timbre de la casa sonó, casi se le cae el postre de los nervios, su padre solo pudo reírse del momento, sabía lo que su hijo estaba sintiendo pero no lo iba a presionar, necesitaban avanzar y continuar con la cena.
-- mmm... hijo, creo que tu invitado llego, no lo hagas esperar ve a abrirle la puerta.
Ahí recién reacciono, "mierda", estaba muy nervioso, es primera vez que presenta a alguien, no lo quiere arruinar.
-- emm, si, si papá ya voy, porfavor revisa el pavo, debe estar casi listo, ya vuelvo--.
Fue a abrir la puerta y ahí estaba ese pequeño niño escapado del cielo, dios era maravilloso, sus mejillas coloreadas y un puchero en sus labios, era arte, su pequeño ángel era la pieza de arte más maravillosa que jamás nadie verá ni tendrá, porque es suyo.

Tocando el cieloWhere stories live. Discover now