TODO VUELVE A SU LUGAR

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Desde el dia que jungkook decidió pedirle matrimonio a su angelito, ya habían pasado alrededor de 8 semanas, todos sabían las buenas nuevas y cada integrante estaba feliz a su manera, muchas cosas habían pasado, partiendo por las buenas noticias que jimin había entregado esa mañana; después de tanto luchar su familia por fin había aceptado a yoongi, con la condición de que se alejara de todo tipo de peligros, no por el, si no por jimin, era su bebe y si lo veían sufrir, los alejarían sin siquiera pensarlo, a yoongi no tuvieron que repetírselo, al fin de cuentas era algo que ya había decidido el día del accidente.

los 4 amigos se encontraban en la casa del peligris, querían pasar la mayor parte del tiempo juntos, ya que en los próximos días, se venían las pruebas finales de los dos menores y estarían bastante ocupados, tenían decidido tomarse unas vacaciones los cuatro una vez terminaran la universidad y pudieran tener tiempo disponible, yoongi también había decido retomar los estudios que alguna vez dejo atrás, y talvez asi en un futuro porque no ser socios.

mientras pensaban en su futuro, ambas parejas decidieron que era tiempo de salir de fiesta, liberarían estrés y lo pasarían muy bien, se arreglaron y fueron rumbo a una discoteca que quedaba a las afueras de la ciudad, una vez llegaron al lugar, tomaron asiento en uno de los rincones del lugar para aplacar un poco el ruido de los alrededores, bebían moderadamente, los dos mayores debían manejar y llevaban a sus parejas consigo, por lo tanto era imposible siquiera pensar en emborracharse.

después de beber varios vasos de whisky, decidieron que era momento de bailar, jungkook y tae bailaban bastante pegados, riendo y disfrutando del momento, besos y caricias llegaban en cualquier momento, mientras ellos estaban en su burbuja, la otra pareja estaba en los sillones en una situación un poco acalorada, sin darse cuenta comenzaron una sesión de besos que pasó de lo cariñoso a lo salvaje, no estaban en sus cinco sentidos, y no era porque estuvieran pasados de copas, no, la situación y el ambiente lograron que se sumergieran en su propio mundo, los besos, los roces y las mordidas hacían la situación cada vez más íntima y provocadora, jimin subió al regazo de su chico sin darse cuenta de la acción, no dejaban de besarse, sus lenguas bailando dentro de sus bocas, los jalones de cabello que jimin ejercía sobre yoongi lograban sacarle leves quejidos, para ese entonces ya ambos estaban bastante duros, jimin seguía  restregándose sobre la pelvis de su novio, nada importaba, solo ellos. De un momento a otro quedaron sin aliento, lograron separarse solo uno segundos, sus mentes nubladas no lograban hacerlos entrar en razón, la calentura y sus miembros erectos impedían todo razonamiento, jimin tomo de la nuca a su chico, y yoongi lo tomaba de las caderas moviéndolo encima de él, de un segundo a otro, jimin estaba tapándose con una chaqueta la parte trasera de su trasero y acomodándose sobre el miembro de su gatito, nadie más que ellos existían en ese momento, yoongi perforaba el agujero de su muñeco con las brutales embestidas que estaba dando y jimin ahogaba cada gemido en la boca de su novio, jimin comenzó a saltar sobre el miembro de yoongi, tirando su cabeza hacia atrás al sentir tanto placer, eran perfectos se reconocían en totalidad, sabian sus puntos débiles y que les gustaba o que no, la sensación era tan placentera que no querían detenerse, pero las embestidas en ese punto carnoso, las mordidas en sus labios,  los jalones de cabello y los ricos movimientos de jimin, lograron que el azabache tuviera su orgasmo primero que el rubio, pero este no se quedaba atrás, a los segundo logro venirse tirando tiras de semen, lograron acomodarse para recién en ese momento darse cuenta donde se encontraban, la vergüenza le llegó a jimin, logrando que su rostro fuera un gran tomate, pero estaban tan satisfechos que todo eso pasó a segundo plano, tomaron sus vasos y brindaron mirándose a los ojos, diciéndose todo lo que se amaban.

y en la pista de baile, habían dos hombres amándose con cada poro de su cuerpo, tuvieron que pasar por mucho para poder estar así, abrazados, besándose, diciéndose lo mucho que se aman, sin duda para ellos la vida los hizo cambiar, a golpes, pero algo bueno salió de todo eso, cuando la música se detuvo, ellos decidieron ir a su lugar a descansar y beber un poco, el baile los había agotado mucho, al llegar vieron a sus amigos sonriéndose... por supuesto que el aroma a sexo los delató.

Tocando el cieloWhere stories live. Discover now