Lazos Entrelazados

Capítulo 39

Halloween.

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Evangeline:

El día tan esperado del mes de octubre había llegado. Esta noche es Halloween, donde cerramos otro período repleto de caos y conflictos. Los días trascurrían como si nada malo pasará. Mientras individuamente, todos amparamos nuestros problemas encubiertos.

Por mi parte no he dejado de pensar en mí y Taddeo. Cada día nuestro vinculo se reforma bajo más tensión, y hace que se sienta incomodo estar cerca suyo. Porque por dentro me siento ahogada de tantas cosas que me contengo por decir. Lo he visto salir con más frecuencia, en muchas oportunidades con Barbie.

Ha seguido con su vida y sé que es lo correcto. Pero me siento una tonta al verlo de lejos, y sentir que cometo un error del que posiblemente me arrepentiré. Nunca fui una persona que se sintiera insuficiente, pero con Taddeo me pasa algo semejante. Él es un hombre de sentimientos reales y bonitos, alguien que hace mucho por los que ama, y no veo al nivel de merecer que sea de esa manera conmigo.

Las palabras se estancan en mi garganta, y no puedo decírselo. Pero me gustaría tener el coraje para hacerle saber todo lo que me hace sentir. Que sepa que al estar con él el mundo parece un sitio más seguro, y que me da razones para creer que la vida no es una verdadera mierda. Él me muestra un abanico de posibilidades para aun poder conseguir un futuro distinto al pasado.

Me da esperanzas. Solo que las esperanzas nunca formaron nada para mí.

Es horrible tener miedo a dejar que te amen, permitir que lleguen a una parte más profunda de ti. Aún más, sabiendo que pueden salir heridos por eso. He perdido muchas personas, no quiero lo mismo para él. Todo lo que tuvo un comienzo, atrajo un final doloroso. Supongo que, si no le doy un comienzo a esto, no deberemos afrontar un final doloroso.

Sé que la pérdida de su padre lo ha destrozado bastante. El vínculo con su madre y la separación con su hermana, también. Necesita una persona que pueda ayudarlo a sanar, no una persona que ya se encuentra tan rota como él.

Quisiera no ser la mujer en la que me trasforme, llena de dolor y odio. Para poder merecer que me ame como él es capaz de hacer. Con esa dulzura, fuerza y sinceridad.

Esa noche no tenía muchas ansias por salir, Barbie había pasado la información de una fiesta. Prefería quedarme en casa, pero todo el grupo iría y no quería hacerles saber cómo me siento por dentro. Es tonto permitirme estar triste cuando yo provoque esto. Ahora no puedo quejarme y llorar, no es justo.

Así que me monte el disfraz, tome una bocanada de aire y colgué mi mejor sonrisa falsa. La que cubre las heridas. Intentaría por una noche olvidar todo. Divertirme, poner mi mente en otra cosa.

Halloween es la única festividad que me gusta. Y sabía, que este año por estar acompañada, debíamos elegir un atuendo que sea para tres. Por supuesto que quería que fuese las chicas superpoderosas. Eso no entraba en debate. Pero no conseguí que la idea de usar falda y peluca sea aceptada por ellos. Así que fuimos por otra.

—¿Qué tal me veo? — hago una caminata sensual hacia ambos, como si estuviera en una pasarela —Soy la Gatubela más guapa que hayan visto, ¿cierto?

—Cierto. — responden al unísono haciéndome sonreír.

Como la idea de las chicas superpoderosas no les agradaba, tuve que desviarme por algo que vaya de acuerdo con nosotros. Y Gatubela, Batman y Robín. Me pareció lo más sensato.

—Solo tiene un problema — destaca Benjamín, disfrazado de Robín —. Se te ven mucho los pechos.

Bajo la mirada a mi escote. Es verdad que es bastante pronunciado, un corte v que cruza el canal de entre mis senos sin verse vulgar. Pero no sería Gatubela si no podría verme sexy usando un enterizo negro que se pega a mi cuerpo como una segunda piel. ¿Qué sentido tiene?