Capítulo 51

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Familia D' angelo.

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Evangeline:

Aquella tarde de enero sucedió. En el gélido momento, cuando la lluvia por fin cesó y la humedad se fundió con el frío atardecer, Richard entró al despacho. Sus ojos cargados de sufrimiento se posaron en mí, desgarrando un silencio prolongado que confirmó lo que tanto anhelaba no oír jamás.

Lo estreché contra mi cuerpo, su prepotencia habitual se descascaró en ese segundo y dejó a un hombre herido y devastado. No existía consuelo en el mundo que pudiera darle, sin embargo, me aferre a ese abrazo que en parte ambos necesitábamos.

Hubiese deseado que existiera algún interruptor capaz de inhabilitar nuestros sentimientos, algo que hiciera esta partida menos dolorosa. Pero el dolor estaba presente, y de una manera estremecedora. Como nunca antes lo había sentido ante una pérdida.

No nos habían metido, James se encontraba estable cuando llegó aquí. Y dio una lucha intensa por permanecer con nosotros, hasta que su cuerpo no se lo permitió más. Y ese día, aquel rubio de sonrisas radiantes, nos abandonó.

Me mantuve firme porque necesitaba ser un apoyo emocional para Richard, quién nuevamente pierde a un ser querido por culpa de Omar, aunque por dentro, mi ser tiembla de impotencia.

No pude salvarlo, no llegué a tiempo para evitar que lo dañen. Él supo cuidar de mí en distintas situaciones, mientras que yo no pude salvarlo. Me sentía incompetente, débil. ¿Cómo dejé que esto pasará?

Rápidamente la noticia se esparció dentro de la casa, como fuera. Richard, siendo el hombre más frío e inexpresivo del mundo, se encontraba incapaz de esconder su dolor. Por lo que tuve que hacerme cargo de la situación y comunicarme con la familia D' angelo para darles la notícia.

El hermano menor de Richard, junto con el resto de sus familiares, habían conocido a James. Lo integraron al clan desde muy pequeño, y lo consideraban uno más de la familia. De modo que, saber de su muerte fue un dolor muy grande para todos ellos.

A la mañana siguiente me encontraba con los preparativos para su funeral, sintiendo la agonía que carcomía mi cuerpo de a poco. Richard se negó rotundamente a enterrar el cuerpo de James en territorio de los Meyer, y como es lo debido, ordenamos que sea trasladado a Italia. Sería enterrado con los demás D' angelo, como corresponde.

No tenía pensado viajar con él, no obstante, Richard se encontraba atravesando el duelo con mucho rencor y desconfianza. No quería a nadie cerca suyo, así que me vi obligada a acompañarlo. No tenía intenciones de dejarlo solo en este momento tan vulnerable para él.

Taddeo y Benjamín se quedaron en Washington, ocupándose de mantener todo bajo orden. Solo serían unas horas, pero me sentía nerviosa. Nunca había viajado a Italia, y menos para estar rodeada por las personas más poderosas y respetadas de toda Europa.

Subimos al jet y emprendimos viajamos hacía Catanzaro, capital de la Región de Calabria. Lugar de donde es originaria la familia D' angelo, aunque con el pasar de los años se han esparcido por toda Europa. Extendiendo su reinado y control sobre el continente.

Fue un viaje largo, me mantuve en contacto con Benjamín ya que aún teníamos el tema a tratar sobre la incógnita fotografía que vimos en la oficina de Richard. Sabía que debía hablar con él de eso, pero esperaba el momento adecuado.

Tras más de diez horas, avisaron que estábamos por aterrizar. Una camioneta negra de vidrios polarizados esperaba por nosotros, los hombres nos escoltaron al descender del avión. El clima en Calabria es frío en enero, lo que me hacía sentir no tan lejos de casa.

Lazos EntrelazadosWhere stories live. Discover now