62.- Vete a Madrid.

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Llegó el Viernes y fui al médico a ver si ya podían quitarme las escayolas. No las tenía todas conmigo por lo que pasó con Sofía, pero bueno la esperanza es lo último que se pierde... Al final pudieron sustituirme las escayolas por unos simples vendajes. Llegué a casa y recibí un WhatsApp de Irene.

Irene: Nena, llegué ayer por la noche, estaba muy cansada por eso no te avisé. ¿Podemos quedar esta tarde?

Bella: Ok.

Por la tarde fui a recoger a Irene, qué sensación la de volver a conducir...

—Hola, Bella.

—Hola —Irene se me quedó mirando—. ¿Qué me miras así?

—¿No vas a darme un abrazo ni nada? —me preguntó y la abracé, pero sentí que el abrazo era algo extraño y después subimos a la sierra— ¿Qué nos está pasando?

—Nada... —respondí.

—Bella, cada vez que me voy a Madrid la cosa cambia entre nosotras...

—¿Y no te has planteado el por qué? —le pregunté.

—Claro, es por Sofía.

—¿Qué tiene que ver Sofía en esto?

—Bella, Sofía aprovecha cualquier momento cuando me voy a Madrid para meterte ideas absurdas en la cabeza en mi contra...

—A mí no me parecen tan absurdas... Irene, al principio me parecían ideas absurdas, pero después me di cuenta de que lo que me decía no era tan absurdo. Cuando te vas a Madrid desapareces. Vale que no estés las 24 horas con el móvil, eso lo entiendo, pero... ¿nada?

—Es que siempre estamos para arriba y para abajo...

—¿De verdad te vas a excusar en eso? Todo el mundo tiene aunque sea un minuto para coger el móvil para decir algo... ¡Pero a ti te la suda todo! —exclamé— Luego es muy fácil echarme la culpa a mí, como la pasota siempre soy yo...

—Bella, es Sofía la que te llena la cabeza en mi contra ¿es que no te das cuenta?

—¡No vayas por ahí! —empecé a alterarme.

—¡Busca cualquier excusa para distanciarnos!

—¡Te distancias tú cada vez que te vas a Madrid! —exclamé.

—¿Vengo de Madrid para discutir contigo? —me preguntó— Si lo sé no vengo...

—¡Pues vete a Madrid! ¡Es lo que estás deseando! —exclamé enfadada.

—Eso no es lo que deseo, Bella...

—Pero si hasta estás buscando trabajo allí... —Irene se quedó helada al escucharme decir eso— No vengas a mí a decirme cosas para quedar bien, cuando lo único que quieres es irte a Madrid y no te importa nada ni nadie de aquí. Que no has sido capaz ni de decírmelo.

—¿Quién te lo ha dicho? —me preguntó sorprendida.

—¡Eso qué mas da!

—Ha sido Sofía... Pero yo no le he dicho nada a Sofía... —dijo confundida.

—Se lo ha dicho Rosa —le confirmé.

—Mi deseo no es irme a Madrid...

—No me importan cuales son tus deseos, tú ya has elegido... Has tomado tu decisión y ni siquiera te ha dado la cara para hablar conmigo... Está claro que no sentimos lo mismo la una por la otra... —le dije dolida.

—¡No tienes ni puta idea de lo que siento por ti! —exclamó enfadada— Lo del trabajo no fue idea mía... Bella, aquí no hay trabajo, tengo que hacer mi vida... y lo de buscar allí trabajo es por buscar, pero no quiere decir nada... Es Rosa la que me está buscando trabajo allí, Rosa quiere que me vaya a Madrid a vivir con ella.

Mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora