71.- La ducha.

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El beso de Sofía había eliminado toda imagen que tenía en la cabeza de Sofía y Andrés besándose.

—Sabes demasiado a vino... —le dije a Sofía.

—Tú también. ¿Qué esperabas? si estamos bañadas en vino... Por eso te dije que quería ir a casa ducharme... —apuntó Sofía. La miré de forma traviesa y empecé a besarla llevándola hacia el baño.

—¿Entonces Andrés? —le pregunté.

—¿Y Natalia?

—Mi vida eres tú... —respondí.

—Te amo.

Volvimos a besarnos, poco a poco comencé a subir la camiseta de Sofía hasta quitársela por encima de su cabeza. Después me quité mi camiseta, me arrodillé ante Sofía y la descalcé, puse mis manos en la cinturilla de su vaquero, se lo desabroché y se los empecé a bajar hasta quitárselos completamente. Me levanté, volví a besar a Sofía y después se arrodilló ante mí y me quitó los vaqueros. Estábamos en ropa interior, nos besábamos, nuestros cuerpos sabían a vino, pero no nos importaba, sólo nos importaba besarnos la una a la otra. Terminamos de quitarlos la ropa interior, me acerqué a la ducha, abrí la puerta de cristal y abrí el grifo. Me giré y ahí estaba Sofía, completamente desnuda ante mí, su cuerpo tenía manchas de vino tinto, pero aún así, para mí estaba perfecta. Puse mis manos en su cadera y la acerqué a mí, empecé a besarla y la metí conmigo a la ducha.

Nos besábamos mientras el agua caía sobre nosotras, el agua resbalaba por nuestros cuerpos y cuando llegaba al suelo de la ducha el agua tenía un tono clarito a vino tinto. Cogí la esponja y el gel para comenzar a pasar la esponja por su cuerpo, empecé por su cuello, bajando hacia el hombro para pasar por la parte baja de su cuello para llegar a su hombro contrario. Después fui bajando por su clavícula hacia su esternón, pasando por su escote. Estrujé la esponja sobre sus pechos dejando así que cayese espuma sobre ellos. Después empecé a pasar la esponja por sus pechos, cuando ya había limpiado esas partes de su cuerpo de cualquier rastro de vino, empecé a bajar la esponja enjabonando su abdomen, pasando por su ombligo hasta llegar a su pelvis.

Me fui arrodillando poco a poco hasta quedar completamente arrodillada y empecé a pasar la esponja por sus piernas, desde sus pies hasta su ingle. El cuerpo de Sofía estaba completamente cubierto de espuma.

—Debo limpiar tu cuerpo al completo —le dije susurrándole al oído.

Dejé la esponja sobre la estantería de la ducha y eché gel en mi mano, mientras miraba a Sofía a los ojos una de mis manos acariciaba su cuerpo y la otra empezó a subir por el interior de su muslo hasta su entrepierna. Sofía abrió un poco sus piernas, dejándome así fácil acceso a su entrepierna. Comencé a pasar mi mano por su entrepierna, acariciando su rajita de atrás hacia adelante.

—Mmmmm... aaah... —Sofía empezó a gemir.

Me pasé un rato haciendo eso, después la acerqué a mí, el agua caía entre el cuerpo de Sofía y el mío. El agua iba eliminando la espuma del cuerpo de Sofía, descubriendo así su cuerpo que estaba tapado por la espuma, poco a poco iba descubriendo su cuerpo libre de espuma. Con ayuda de mis manos hice que Sofía se girase y apoyase sus manos en la pared de la ducha, estaba de espaldas a mí, volví a coger la esponja, retiré el pelo de su espalda colocándolo por delante de unos de sus hombros. Comencé a pasar la esponja por sus hombros, pasando de uno a otro por su espalda, fui bajando la esponja por su espalda, lavando toda su espalda y llenándola de espuma hasta llegar a su culo para enjabonárselo también. Sofía estaba completamente limpia de todo rastro de vino. Me eché champú en mis manos y empecé a masajear la cabeza de Sofía y lavar su pelo.

Una vez su pelo también estaba limpio y cubierto de espuma, cogí la alcachofa de la ducha y empecé a aclarar su pelo y su cuerpo para eliminar todo rastro de espuma. La besé, nuestras lenguas jugaban la una con la otra mientras Sofía me cogía por la nuca acercando mi boca a la suya y yo la cogía por su cadera acercando nuestros cuerpos hasta estar uno pegado al otro.

Mi destino.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora