Capitulo 13

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Sidney sale corriendo en busca de Sam hasta el porche, su cuerpo choca contra el de Danny, provocando que cayera al suelo.

—Joder, ¿estás bien? —le pregunta, ayudándola a ponerse en pie.

—Estoy genial... Creía que estarías vigilando —evalúa su entorno y se centra de nuevo en el chico—. ¿Dónde está Sam? La he visto salir disparada hace menos de un minuto de aquí.

—No tengo ni la menor idea.

—¿Qué quieres decir?

—Iba a entrar en la casa para darle algo que me pidió, intente hablar con ella, pero era como si no me escuchara. Me dijo que le diera las llaves del coche, aunque al final prácticamente me las arranco de las manos... En definitiva, se ha largado.

—¿Así sin más? Aquí ocurre algo raro y no me gusta un pelo.

Sidney alcanza su móvil y marca el contacto de Sam. Permanecen en silencio esperando una respuesta hasta que una música familiar para ambos resuena dentro de la casa. Vuelven al interior y descubren el móvil de Sam tendido sobre el sofá. La joven estaba totalmente incomunicada.

—No entiendo nada, ¿Qué ha pasado para que saliera asi?

La mujer sopesa si es buena idea hablarle sobre lo ocurrido, medita sobre ello unos instantes y decide contárselo. Al fin y al cabo es el novio de Sam "presuntamente inocente" por ahora ante sus ojos.

—Estábamos teniendo una llamada con mi hija mayor, ella menciono que cuando Ghostface estuvo aquí esta tarde, se llevó un papel de las pertenencias de Sam. Ella subió corriendo a la habitación sin pronunciar una palabra, cuando bajo quise preguntarle qué pasaba. Y me ha ocurrido exactamente lo mismo que a ti, no me ha dicho nada, se ha largado como alma que lleva el diablo. ¿Sabes que podría contener esa nota para que le importara tanto?

—Dudo que fuera una de mis cartas de amor —bromea y la mujer enarca una ceja—. Perdona, cuando estoy nervioso hago bromas de mierda. No tengo ni idea de que puede contener esa nota. Quizás sea algo relacionado con su hermana, hasta donde sé, es muy protectora con ella.

Sidney agarra su bolso, guarda discretamente la pistola en ella y saca las llaves del coche. Entra en la habitación contigua a la puerta principal y recoge las llaves de la casa que estaban sobre la mesa.

Danny la mira un tanto desconcertado.

—Ten por seguro que no voy a quedarme aquí esperando. Vamos a buscarla ahora mismo... ¿O prefieres quedarte aquí solo?

—¿Para que venga un jodido pirado y trate de reventarme? No gracias —añade mientras salen de la casa.

Cierra con llave, y empuja la puerta varias veces con la mano, asegurándose de que realmente estaba cerrada. Un hábito que había desarrollado en sus tiempos de cautiverio en las montañas de Los Angeles.

Al llegar al coche, ve a Danny con la intención de subirse en el asiento del copiloto y le detiene inmediatamente cerrándole el paso.

—¿Qué pasa?

—Tu conduces —le lanza las llaves y se sube al coche—. Date prisa.

Entra y se coloca ante el volante. Antes de darle al contacto para arrancar se gira hacia Sidney dispuesto a hacerle todas las preguntas que se arremolinaban sobre su cabeza.

—¿Quieres que yo te lleve en el coche? ¿No es un poco imprudente? Como tú has dicho antes, no me conoces y pensaba que no confiabas en mí. Sin embargo me dejas al control absoluto.

—Eso es lo que tú te piensas. Por eso te he dejado al "mando" —abre el bolso y le muestra la culata de la pistola—. Si estuviera conduciendo, puede que hicieras algo de lo que no podría defenderme. Así que por tu bien, más te vale no dar ni un paso en falso. Desde aquí soy yo quien controla, ¿lo has entendido?

EL REFUGIOWhere stories live. Discover now