Capitulo 26

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Todos en la habitación acallan, centrando su vista en Sam. El silencio es tan pesado que la joven misma es capaz de escuchar el sonido de su corazón. El ambiente es realmente tenso, nadie sabe por dónde empezar a contarle. Tara agarra la mano de su hermana con fuerza y se vuelve hacia los presentes.

—¿Podéis dejarme un momento con mi hermana? Me gustaría hablar con ella de esto a solas... —pide mientras agacha la cabeza y suspira.

Está claro que todos ya sabían por dónde iba a ir la conversación, aun así prefieren dejar a las hermanas en la más profunda intimidad al tratarse de un tema familiar. Los mellizos toman la delantera seguidos por Gail y Danny.

—¡Oh, venga. Yo también quiero escuchar... —protesta Stu con tono infantil.

Antes de que tenga la oportunidad de continuar con su frase, Sidney lo agarra con fuerza por una de sus orejas, mientras mantiene su otra mano ocupada con el arma.

—¡Muévete! —gruñe, a la vez que tira del cuerpo de su ex amigo hacia el exterior de la habitación.

—Tienes mucha suerte de que no pueda tocarte —farfulla Stu mientras sale de la habitación.

Cuando ambas hermanas se quedan a solas, Tara toma asiento junto a Sam, se acomoda lo mejor que puede a sabiendas de que sería una conversación larga.

—Yo... ni siquiera sé por dónde debería empezar —murmura Tara—. Aun no puedo ni creerlo yo misma.

—¿Mama está muerta?

Tara la mira con los ojos muy abiertos, mientras su hermana la observa con ojos llorosos y sintiendo como su corazón estaba a punto de salirse de su pecho. Contra más rápido latía, su dolor se volvía más grande. Ya no era algo solamente físico, era emocional.

La menor de las carpenter niega con la cabeza.

—No, la tienen vigilada por la policía dos plantas más arriba. Opuso algo de resistencia cuando la arrestaron y salió herida, pero nada grave. Cuando crean que esta recuperada la trasladaran a un centro psiquiátrico de alta seguridad.

La respiración de Sam se calmó al oír las palabras de su hermana, su propia madre la llamo cosas despreciables, había estado a punto de matarla, pero después de todo estaba unida a ella por un hilo invisible que las convertían en madre e hija, por lo tanto y a pesar de todo se alegraba de saber que seguía con vida.

—Me alegra oírlo, podrás ir a verla y...

—¿Qué te hace pensar que quiero ver a esa mujer?

¿Mujer?

Tara jamás se había referido a su madre como a una simple mujer, lo cual le chocaba a Sam.

—Oye, entiendo que estés dolida, pero estamos hablando de mama da igual lo que haya hecho, ella siempre...

—¿Sam? ¿Te estas oyendo? —gruñe su hermana—. Normalmente sueles ser tú la racional, y ahora mismo no estoy viendo a esa persona. Creo que también te golpearon demasiado fuerte en la cabeza —suspira y su tono se vuelve más tranquilo—. Oye, ya sé que tu mente tiene que ser un rio de emociones ahora mismo, sin embargo no estoy siendo ilógica. Piénsalo, ¿de verdad podemos llamarla madre? ¿Y si no hubiera sido tu historia? ¿Y si hubiera sido la mía? ¡Seguramente también habría tratado de matarme! Esto solo me hace darme cuenta de que no le importamos en absoluto y de que esta igual de pirada que aquel con el que se acostaba en secreto hace 26 años. Quizás por eso papa se fue, igual vio que también había maldad en ella. Nos dejó, pero nunca nos puso una mano encima.

Esas palabras hace que Sam viaje años atrás en sus recuerdos, estaba claro que Tara no lo recordaba, pero para ella aquella noche se veía tan nítida como el agua.

EL REFUGIOWhere stories live. Discover now