Llegué junto con Sam y Cass. Andaban hablando con las chicas. Me bajé del coche.
- Entonces, ¿qué vais a hacer ahora? -les preguntó Sam.
- Vamos a ir a resolver casos por todo el país -dijo Serena en representación de las demás.
- Chicas -Zedd dió un paso adelante- Yo iré a cazar sola.
- Una loba solitaria -dije- Me gusta tu estilo.
- Claire -me giré para mirar a Sam- Te recuerdo que andas cazando conmigo, Dean y Cass.
Que hablando de Cass, Nicte andaba lanzandole besos, pero el muy despistado no se enteraba.
- ¿Dean? -dijeron Zedd y Serena a la vez.
- Sí, es mi hermano -Sam sacó su móvil y les enseñó una foto de él y Sam.
- No me lo creo, vosotros dos en una foto como una familia -Sam me miró mal- ¿Qué?
- Zedd, ¿éste no es el de ayer?
- Sí -afirmó.
- ¿Cómo "el de ayer"? -preguntó Sam.
- Me lo tiré -dijo Zedd.
Sam y yo nos quedamos flipando, mientras que Cass seguía en sus mundos.
- Y yo también -dijo Serena.
- ¡Por eso se fue el capullo! -dijo Zedd.
- ¿Ayer estuvo aquí? -ellas asintieron.
- No me puedo creer que no lo viésemos -dije.
- Chicos, tenemos algo de prisa -dijo Cass.
- Vale -dijo Sam- Pues un placer, chicas.
Heydar se acercó a él, le agarró del culo, le acercó ella y le besó.
- Que bonito -dijo Claire.
Sam y ella se separaron.
- Bueno -dijo- Pues un placer -dijo metiéndose en el coche.
- El placer ha sido todo mio -dijo Heydar.
Serena lo pegó un codazo.
- Le acosas -dijo Serena. Se acercó a Sam- Cuando veas a tu hermano dile que me llame -le susurró.
Los tres subimos al coche, y nos alejamos directos a por Cahol.
Narrador en 3º persona.
Saghs salió volando a través de la ventana. Él empezó a correr calle abajo. Atravesó varios callejones de la ciudad hasta que llegó a un almacén abandonada totalmente vacío.
Echó una mirada hacia atrás y corrió más rápido. Pero entonces Cahol apareció delante suya y le tiró al suelo de una patada.
- Cahol -dijo Saghs desde el suelo- Creí que nunca te volvería a ver.
- Pues creíste mal -Cahol sonrió.
- ¿Cómo has conseguido a un Winchester como recipiente?
- Tengo mis trucos.
- ¿Qué quieres de mí?
- Matarte.
- Los tiempos han cambiado, Cahol, cuando te encerraron, tu ejército quedó descabezado, y nosotros aprovechamos para matarlos. Más de la mitad están muertos, y los otros probablemente no vuelvan a intentar tal locura.
- ¿Quién ha hablado de un ejército?
- ¿Tú solo contra todo el infierno? Estás muerto.
- Aspiro mucho más alto, Saghs, para lo que tengo pensado, no necesito un ejército.
