Capitulo 24

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La cabeza me dolía. Me levanté del sofá de Stephanie. No sé cómo había llegado hasta allí, pero me da igual. Dean estaba durmiendo en un silla al lado mía.

- Que mono -murmuré. Me acerqué a él- Dean, Dean... despierta -nada- Será dormilón.

Me levanté y busqué por toda la casa a Sam, a Steph y a a Cass, pero no estaban. Qué raro.

- ¿Hace cuánto qué te has despertado? -mr preguntó Dean.

- Hace un par de minutos. ¿Y los demás?

- Stephanie está con Cass y Sam en la funeraria. Vendrán en seguida.

- Es verdad, he matado a la madre de Stephanie -mi voz casi se quiebra.

- Hey, hey -Dean se acercó a mí- Te intentó meter en una cárcel canadiense -finalmente me abrazó.

- Ya, pero... lo que vino luego...

- ¿Qué pasó luego?

Es verdad, solo yo sé lo de Zack. ¿Debería decírselo? ¿Y si me intenta matar?

- Dean... -seguro qué me arrepiento de esto- Tengo algo que decirte -me separé de él.

- Claro, lo que sea.

- Antes de morir, Emily me enseñó algo.

- ¿El qué?

- Buf -tomé aire- Arthur... eh... no es mi padre.

- ¿Y quién es tu padre entonces?

- Es... Zack -dije en un susurro, aunque por desgracia, él me oyó.

- ¿Qué? -dijo Dean- ¿Va en serio?

- Mi madre tuvo un lío con él -juraría que estaba a punto de llorar- Soy la hija de un puto demonio -con esa frase mi voz se quebró por completo y empecé a llorar.

Dean me abrazó con fuerza, yo correspondí su abrazo y hundí mi cara en su pecho. Empecé a llorar con más fuerza. Dean me dió un beso en la frente.

- Eh, tranquila, da igual de quién seas hija, lo que importa es quién eres tú.

- Eso no me ayuda. Zack quiere utilizarme como un arma.

- Pues no lo conseguirá mientras yo esté aquí, ¿entendido?

- Él es muy fuerte, Dean. Emily me dijo que yo acabaría siendo consumida por esos poderes de demonio.

- No le hagas caso, eso no pasará. Nosotros te protegeremos.

- Vaya, vaya, vaya -alcé la cabeza. Trixie- Bonita historia.

Dean me agarró de la muñeca y me puso detrás suya.

- No te acerques -amenazó Dean.

- Un Winchester amenazando, qué novedad -dijo ella.

- Como la toques...

- No te molestes en acabar la frase. Da igual lo que me digas, mo me intimidas, y por ahora no puedo tocarla, pero, si me dan permiso para matarla, más os vale saber esconderos -y desapareció.

- Perfecto, ahora los ángeles van a matarme.

- No te van a matar.

- Sí lo harán, Dean. Son muy fuertes.

- Tenemos a Cass.

- ¿Un solo ángel contra medio cielo? ¿En serio? ¿Cuántos crees qué podrá matar? ¿Diez? ¿Veinte? ¿Tal vez cincuenta? Siempre vendrán más, y tarde o temprano ganarán.

Are you my light or my dark (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora