16. Danger

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Pedro bebió el último trago de la botella que sostenía con una mano floja y esta cayó al piso con un sonido estrepitoso que inundó la habitación.

No se quebró.

Se quedó sentado en la cama, mirándose los pies y parpadeó varias veces tratando de ubicarse. El dormitorio se hacía grande y pequeño, las paredes se extendían y parecía que estaba en un lugar infinito.

Su espalda dio con el colchón y respiró con dificultad, llevándose una mano al estómago. Se sintió mareado y tenía la boca seca a pesar de todo el líquido que había estado bebiendo durante horas.

Llevaba días evitando a la gente, el mundo, quería esconderse bajo una roca y no ser visto jamás. Quería detener el tiempo y hacer que todos lo olvidaran. Quería... simplemente quería desaparecer.

Su mente se nubló o algo falló en ella. El alcohol, las pastillas, no le permitían pensar con claridad. El techo se hizo lejano y estiró una mano, tratando de alcanzarlo. Pero el resto de su cuerpo no respondía. El sudor frío lo incomodó y no era capaz de levantarse.

Algo le quemaba el pecho, pero no entendía qué y se llevó una mano a la camiseta tirando de ella con las pocas fuerzas que tenía, algunos botones saltaron por el tirón. Él gimió, incapaz de formar una palabra coherente.

Los minutos pasaron. La agitación aumentó, sus ojos a penas se mantenían abiertos cuando su cuerpo comenzó a temblar y reconoció la desagradable sensación del vómito subiendo por su garganta.

No podía girarse, no podía ponerse de pie para correr al baño. Solo podía pensar en lo mucho que le dolía el pecho.

La luz de la habitación se encendió de pronto cegándolo por unos instantes y reconoció a Lux frente a él. Con sus manos delgadas logró acomodarlo de lado y escuchó a lo lejos sus lamentos.

"¿Por qué lloras?", "¿Qué ocurre?", le hubiera gustado decir. No pudo.

El vómito salió a borbotones, permitiendo que el aire volviera a sus pulmones, dejando que un sonido gutural casi le rompiera la garganta.

Lux hablaba por teléfono a su lado y al mismo tiempo le pedía que no se fuera. "¿A dónde?", pensó. Sus ojos se cerraron y lo siguiente fueron borrones, escuchó a lo lejos el sonido de la ambulancia, vio a penas las luces de los pasillos del área de urgencias de la clínica y después se fue. Se fue por varias horas.

Alicia abrió la boca para decir algo pero de su garganta solo salió un suspiro doloroso, el labio le tembló y reparó en los ojos llorosos de Pedro frente a ella en la cama.

Se quedó callado, esperándola. Alicia le acarició el cabello con una mano peinándolo hacia atrás y después deslizó su pulgar por su mejilla tratando de calmarse.

-Pedro...

Él jamás había podido hablar de eso con alguien, ni siquiera con el psiquiatra, que había intentado tocar el tema en diferentes ocasiones.

Sujetó la muñeca de Alicia y presionó suavemente, no queriendo hacer que llorara, esa no era su intención en lo absoluto.

-¿Hace cuanto tiempo fue eso? -preguntó ella acercándose un poco más. Sus narices se rozaron y sus ojos permanecieron conectados. Pedro pasó su otro brazo por debajo de Alicia, rodeando su cintura. Era casi como su lugar seguro.

-Casi un año... -murmuró. Después se aclaró la garganta. -Ya no me siento así de todas formas, todo está mejor.

Alicia asintió, recogió algunas lágrimas que se habían salido de los márgenes de sus ojos y después le dio un beso en los labios. A penas los tocó.

Rose Colored Boy [Pedro Pascal Fanfic] TERMINADOWhere stories live. Discover now