28. I love you

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Cuando Alicia despertó por segunda vez en el hospital, se sentía adormilada y tenía la boca seca, pero agradeció que ya no había tantas personas en la habitación.

Su padre, que sostenía su mano a su lado le sonrió con tranquilidad antes de inclinarse para besarle el rostro. Ella suspiró.

—¿Y mamá?

—En el baño.

—¿Y los demás?

—Les dije que se fueran. —Alicia se rió un poco, pero su cabeza palpitó por los espasmos e hizo una mueca de dolor.

—¿Qué ocurrió?

—Tuviste convulsiones, por la contusión. Pero ya estás mejor. —su padre apretó los labios tratando de mostrarse tranquilo. No podía.

—Siento mucho que tuvieran que venir... yo...

—Alicia, esto va más allá de ti y no es tu culpa.

—Pero yo...

—No es culpa de nadie, esas personas... no son buenas.

Alicia mantuvo la boca cerrada porque si la abría sentía que rompería en llanto. Su padre presionó su mano con la de él y le hizo saber que entendía. De verdad lo hacía.

Estuvo dos días en el hospital y no volvió a ver a Pedro hasta que regresó a casa. Ese día, era un manojo de nervios porque le aterraba todo. No estaba segura de lo que quería y temía que él estuviera molesto. Había oído sobre la pelea y en cuanto vio a Miguel esperándola en el estacionamiento del hospital el día que le dieron el alta, notó los signos del puñetazo en la nariz.

—Ya no duele... —dijo él haciendo una mueca. —Al menos no fui yo el que empezó.

Alicia no habló mucho mientras dejaban a sus padres en el aeropuerto, pero dijo algunas palabras mientras se despedían. Temía haberlos lastimado por no querer regresar, dos veces, aunque su padre insistiera en que todo estaba bien.

Su madre por su parte, estaba furiosa, la había abrazado con fuerza antes de partir, aunque orgullosa, sólo le pidió que se cuidara.

De regreso, sintió un calor intenso en el estómago que le hizo tener náuseas y se quedó quieta en su lugar cuando Miguel se estacionó fuera del edificio.

—¿Cómo te sientes?

—No lo sé. Intranquila.

—¿Por él?

Alicia se giró a mirarlo, Miguel tenía esa expresión en el rostro que hacía siempre que quería saber algo, chasqueó la lengua molesta.

—Acabo de salir del hospital.

—Está esperándote.

—¿Y eso está mal?

—Ali... —Alicia pensó que si Miguel decía lo que creía que iba a decir, todo se iría a la mierda. —Él no es bueno para ti.

—¿Qué es bueno para mí? ¿Tú?

Finalmente, se cansó de ser amable y por unos segundos dejó de temer que su único amigo en ese lugar dejara de serlo.

—No estoy hablando de eso. —aseguró el moreno.

—Claro que sí. Estás hablando de eso todo el tiempo. Todo el maldito tiempo y ¿sabes qué? ¡Nadie te preguntó!

—Ali...

—Es realmente agotador que todo el tiempo quieras decirme qué hacer, fingiendo que te preocupas por mí cuando lo único que quieres es tenerme.

Rose Colored Boy [Pedro Pascal Fanfic] TERMINADOWhere stories live. Discover now