29. What Was I Made For?

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Alicia bajó corriendo las escaleras del edificio con su mochila puesta y una bolsa vieja en la que cargaba los restos de su ropa sucia. Arriba, el departamento había quedado casi vacío.

Los libros ya no estaban tirados por ahí y las decoraciones rosadas habían sido reemplazadas por las blancas y negras que estaban al principio y que ella había guardado en lo profundo del armario.

Cuando abrió las puertas metálicas, Pedro estaba recargado en la camioneta fumándose un cigarrillo, llevaba lentes de sol, jeans desgastados y una camiseta morada que Alicia había intentado robarle en varias ocasiones. Él le sonrió desde su lugar, la parte de atrás de la camioneta que habían rentado estaba llena a más no poder.

–¿Lista? Por favor, di que sí y no me hagas volver a subir. –dijo Pedro haciendo una mueca. –Estoy viejo y hace calor.

–¿Viejo? No digas tonterías. –Alicia se colgó de su cuello para besarlo, el sol de media mañana golpeaba fuerte y su rostro olía a protector solar. Pedro tiró la colilla hacia un lado y le rodeó la cintura con sus brazos, no se habían visto en 3 semanas porque Lux había tenido apendicitis y Alicia estaba ocupada empacando sus cosas.

Pedro iba de allá para acá en Nueva York, visitando departamentos y cuidando a su hermana. Pero ahora estaba allí, esperándola para casi cruzar el país en auto desde L.A hasta Nueva York.

Serían casi 2 días de viaje. A Pedro no le molestaba pagar una mudanza cara para trasladar sus cosas, pero Alicia había insistido en moverse por carretera porque, según ella, era algo que siempre había querido hacer.

–Creo que es todo. –dijo alejándose un poco para atar su cabello un poco crecido en una cola alta. –Sólo tengo que entregar las llaves a... Miguel.

–¿Quieres que te acompañe? –ella negó rápidamente.

–Lo haré rápido. -murmuró antes de besarle la mejilla. Pedro la observó mientras se alejaba hacia la pastelería y contempló el edificio por unos segundos. Cuando había llegado a ese lugar aquella noche hace meses, ni siquiera había levantado la cabeza para mirar, sólo quería entrar allí y esconderse.

Estaba tan equivocado.

Pero el error sirvió de algo, o eso había dicho Lux después de todo lo que había pasado. Hacían 3 meses desde el secuestro, donde Alicia había estado yendo a terapia y planificando su mudanza, no vivirían juntos, pero sí en la misma ciudad y eso le emocionaba.

Pedro había estado viajando seguido, hubo periodos en los que Alicia quiso estar sola y se vio obligado a respetar eso, pero ahora, finalmente la tendría más cerca. Al menos mientras aún no retomara sus trabajos, que habían crecido exponencialmente desde el año anterior.

Rodeó la camioneta para subirse cuando sintió un par de miradas en él y suspiró sintiendo el calor sofocante del interior del vehículo, que había estado bajo el sol toda la mañana. Se moría por arrancar el auto y que el viento le golpeara el rostro.

Sus dedos tamborilearon sobre el volante, se preguntó por qué Alicia estaba tardando tanto y apretó los labios cuando la vio salir seguida de Miguel. Habían dejado de ser amigos, pero ella estiró su cabeza hacia atrás después de algo que él dijo y alcanzó a escuchar su carcajada, ¿por qué estaba riéndose con él? Se movió incómodo en el asiento y esperó. Después de unos segundos, ambos se abrazaron.

–Que hijo de puta... -murmuró Pedro para sí mismo. Pero estaba bien, iban a irse y no volvería a verlo jamás, o eso esperaba. Sentía que Alicia era muy pasiva con él, después de todo lo que había pasado.

Alicia finalmente se acercó a la camioneta y se subió.

–¿No te vas a despedir? –le dijo. Pedro parpadeó, pensando que estaba bromeando.

Rose Colored Boy [Pedro Pascal Fanfic] TERMINADOWhere stories live. Discover now