Capítulo 14

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ENTRE GAVI Y PEDRI

Lo empujó contra la pared, besándolo con ganas, luego se retiró sólo un poco. Sujetó sus dos manos por las muñecas, las subió por encima de su cabeza, y ella se dejó hacer. Se apretó de nuevo contra Gavi y acercó su boca a la suya, pero ésta vez no lo besó, sólo recorrió los labios con la punta de la lengua.

Acarició su pecho, y fue bajando por su cintura hasta llegar a su entrepierna. Luego lo despegó de la pared para recorrer la piel de su espalda con un solo dedo, siguiendo hasta llegar a su entrada, y cuando llegó a ella, comenzó a estimularlo, haciendo círculos, preparándolo. Lo empujó nuevamente contra la pared, y comenzó a acariciar su miembro. Pablo se estremecía de placer.

Gavi se despegó de la pared para besarlo y rodear su cuello en un abrazo, pero otra vez, y en ésta ocasión más bruscamente, Pedri lo apoyó contra la pared y sujetándolo por la cintura, lo volvió a besar. Fue un beso caliente, largo y húmedo. La lengua del mayor se desplazó dentro de su boca, permitiéndole respirar sus jadeos.

Ella (osea Gavi) se dejó besar y luego lo beso él. Los besos de Pedri eran tan adictivos y tan excitantes, que el menor creía que se correría sólo con eso. Pedri se separó y teniéndolo aún sujeto por la cintura, bajó hasta su miembro y lo recorrió ligeramente con la lengua por toda su longitud. Eso volvía loco a Pablo, siempre le hacía suplicar por más.

Ya bajo los efectos de sus lamidas en su miembro, Gavira rogó que lo hiciera de una vez. Pedri lo dio vuelta por un instante, inclinándolo, para tener más acceso a su entrada. Sólo por unos instantes su lengua entraba y salía de allí, mientras Gavi gemía como una puta. Pedri volvió a darlo vuelta, se puso de rodillas y siguió con firmeza, lamiendo y succionando su miembro, mientras movía sus dedos en el interior, hasta que su Pablin rogó para que no lo hiciera sufrir más. Mordió apenas el glande y el menor dio un brinco indicando que le gustaba. Su boca, sus labios y su lengua estaban allí comiéndolo por completo, ella estaba a punto de correrse y sujetó la cabeza de Pedri con sus manos para atraerlo más hasta su cuerpo. Tres de sus dedos se encorvaron dentro, y los metió profundamente de forma tal que quedaran en movimiento hacia su punto interior de más placer.

Alli dentro, sus dedos se movían con frenesí, mientras su lengua acariciaba su miembro, y el orgasmo no tardó mucho en llegar.

Entre un gemido, casi grito y un espasmo, Pablo se corrió en su boca. Pedri lamió toda su esencia sintiendo el aroma a sexo en su piel y todavía sus dedos se movian dentro para exprimir las últimas oleadas de placer que quedaban en su cuerpo. Pedri se incorporó de pie y lo besó, llevándolo hacia la cama. Su miembro estaba palpitando desesperadamente, y ya le dolía de lo duro que estaba.

Su cuerpo estaba tumbado completamente sobre ella, pero el peso de todos esos músculos no le molestaba, Gavi adoraba los brazos fuertes de Pedri, y le excitaba mucho su cuerpo bien torneado. Alzó la vista y se encontró con los hermosos ojos marrones del pelinegro con las pupilas dilatadas de placer, en ellos leyó el deseo salvaje que lo consumia.

Sin temor chupó sensualmente el grueso labio inferior del hermoso de su Pedrin, deleitándose con el gemido ahogado que brotó de su garganta. Sintió la lengua de Pedri lamer sus labios primero antes de combatir con la suya. Sus lenguas se juntaron descoordinadamente, Gavi lo dejó manejar toda la situación, como hacia siempre.

Pedri dominaba. Pedri, sólo el.

Las embestidas fueron duras desde el comienzo, porque esa noche se propuso complacer a Gavi, y sabía perfectamente qué le gustaba y cómo. Ella se retorció aún más, gimiendo descontroladamente al sentir como Pedri tocaba su próstata una y otra, y otra vez con la punta.

Gavi: "Oh, Daddy. Uhm... fuerte.... ¡Más fuerte!"

Pedri aumentó el ritmo de las embestidas al escucharlo pedir por más. Extrañó esto, por más que le haya gustado haber sido dulce las últimas veces, adoraba escuchar a Gavi gritar sus gemidos. El moreno alzó las caderas involuntariamente anhelando aumentar aquella fricción que lo enloquecía. Pedri pareció leer sus deseos en su expresión, porque con firmeza levantó sus piernas sobre sus hombros para tener más acceso a su interior, embistiéndolo duro y tan profundo como pudo.

sHe (Pedri & Gavi)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin