Capítulo 13. Sangre sobre la alfombra

61 5 5
                                    


«Cuando miramos dentro de un abismo, él también nos observa a nosotros».

Narrado por Chloé

Despertó mientras yo acariciaba sus muslos, sus hermosas caderas. Melissa me miró con las mejillas ligeramente sonrojadas, regalándome una sonrisa que llenó mi corazón de una calidez inesperada. Se quedó unos segundos mirando nuestros cuerpos desnudos, analizando lo que había pasado, ahora que su mente estaba más fresca y no caliente por el deseo, ahora que no estaba totalmente dominada por el instinto de entregarse sexualmente a mí, cuando la razón llega y los pensamientos vuelven a gobernar sus sentidos. Sentí miedo al recordar nuestra actual situación, miedo de que ella me rechazara con un rotundo desprecio después de haberle hecho el amor, de que me recordara que haber estado juntas íntimamente no significó nada para ella. Su voz me volvía a la calma, sin embargo, esta vez me aterraba escuchar de ella esas duras palabras.

—Hola. ¿He dormido por mucho tiempo? —me dijo mientras se sentaba sosteniendo una camisa contra sus senos para cubrirlos un poco del frío.

—No. Solo ha pasado una hora desde que terminamos.

—Siento que descansé toda la tarde.

—Es una buena noticia, quiere decir que estabas muy relajada.

—Sí, fue delicioso.

—Mel, yo quería decirte algo —tomó mi mejilla con la palma de su mano.

—Fue hermoso lo que vivimos hoy, Chloé. Pero no significa que las cosas hayan cambiado entre las dos —sabía que esa sería su respuesta, pero no deja de dolerme.

—Sí. Lo entiendo, no te preocupes —no pude ocultar la expresión de tristeza en mi cara.

—Lo siento mucho. Es mejor que me vaya a casa.

—¿Puedes quedarte tan solo unos minutos más?

—No, Chloé. Lo mejor para las dos es que me vaya de inmediato.

—Está bien, te dejaré ir. Gracias por aclararme todo respecto a Gia, por lo que estás haciendo para protegerme.

—No hay nada que agradecer, tú hubieras hecho lo mismo. Pero quiero que sepas que tenemos que seguir con esto, debes darme tiempo para preparar algo y frustrar los planes de Gia. Debes dejarla formar parte del proyecto junto con el señor Van Ewen y no decirle a nadie que te estoy ayudando, es fundamental eso.

—Ella no es estúpida. Si no me opongo legalmente sabrá que algo estaré tramando y por consecuencia, descubrirá que me estás ayudando.

—Entonces apóyate en Sam, y también tendrás que contratar a Adriana Jones para que defienda tu parte del contrato.

—Eso sería echarle más leña al fuego, ¿no te parece?

—A ti te encanta quemarte, ¿o me equivoco? Una brasa más no causará ningún incendio y si lo causa estoy segura que saldrás de ello elegantemente como siempre sueles hacerlo.

—Prefiero no involucrarla en esto. Suficientes problemas le he causado con su pareja, si me ayuda solo le haré más daño —Melissa se me quedó mirando fijamente.

—Es lindo que la protejas así, pero de verdad creo que profesionalmente sería una gran ayuda para ti, Adriana es una de las mejores abogadas que conozco. Pero, lo dejaré a tu elección. Ahora, señorita Black, debo irme.

—¿De verdad quieres irte? —le pregunté mientras la sostuve de su brazo delicadamente, rogando con la mirada que se quedara conmigo—. Quédate, por favor, mi amor. Quédate conmigo —su rostro se descompuso un poco cuando me escuchó llamarla así «Mi amor».

Todo lo que muestras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora