"Los Bourgeois no tienen sucesor al trono, sólo tienen a una mujer."
Con ese estandarte, los Agreste le robaron el trono a los Bourgeois dejando en el trono al perfecto e imponente Adrien; aquel que Chloe juró desde su infancia, sería su mejor amigo...
Júpiter es tan grande y vistoso que es normal que capture muchos amantes. ¡Pasífae, oh mis bellas Pasífae! Nombre que le dio a un grupo de sus lunas. Ardientes Pasífae, dulces Pasífae, perfectas Pasífae; todas tan hermosas y siempre andando alrededor de Júpiter tratando de conquistarlo.
¿Te digo un secreto, Chloe? Las lunas Pasífae son sólo el resto de un asteroide que cayó perdidamente enamorado de Júpiter hasta ser destruido al intentar acercarse a su superficie. Es triste ¿No te parece? Amar a alguien que ya te ha lastimado antes, amarlo tanto aunque eso antes ha implicado tu muerte, amar a alguien que sigue sin amarte.
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Luka observaba en silencio a Chloe mientras una de sus damas de compañía le cepillaba el cabello y le decía cosas bonitas; pero ella no decía nada, parecía totalmente enajenada con el cielo. Parecía un fantasma.
¿Por qué no llegó antes? ¿Cómo no vio venir a un sujeto así dentro del castillo? Hubiera podido matarlo en ese momento, de verdad lo quería; de ser por él lo hubiera metido en una jaula con los peores criminales para que no le tuvieran ningún rastro de piedad.
Pero tampoco se podía quitar de la mente la tristeza de Chloe, y todo lo que ahora pudiera estar sintiendo. Quería sanarla, quería regresar en el tiempo para poder evitar que eso pase, quería quitarle los recuerdos de ese asqueroso momento y poder devolver a su rostro esa mirada decidida que siempre tenía.
La dama por fin se retiró y los dejó a ambos solos. Por largos minutos no hubo palabra entre ambos; pasó saliva.
—El médico dice que estará bien, sólo debe reposar un poco.— pronunció Luka como si lo dijera con cierta pena, como si para él también fuera difícil esta situación.— También le dio ya unas hierbas para que no quede embarazada.
Ella seguía sin decir una sola palabra, incluso se preguntaba si lo estaba escuchando. Quizás no estaba diciendo las palabras adecuadas, pero la verdad no sabía qué hacer en esta situación. Se acercó hacia ella y se sentó a su lado.
La contempló, no tenía ni un poco de maquillaje; eso dejaba a la luz sus pecas que siempre permanecían ocultas y hacía lucir sus ojos más azules de lo que normalmente eran. Pero lucía tan mal, sus labios estaban secos y tenía un par de ojeras bien marcadas, no había logrado conciliar el sueño.
—F-fue mi culpa.— Aquello fue lo primero que salió de su boca en todo este tiempo. Luka sintió como el corazón se le rompió con esas palabras ¿Su culpa? ¿Cómo podía culparse de que existieran bastardos sin escrúpulos como ese?
—No lo fue.— Respondió de inmediato.— Ese maldito la sometió. Usted no lo provocó, ni siquiera lo conocía, usted...— No hallaba las palabras, en serio, y se sentía como la misma muerda por ello.— Yo debí cuidarla mejor...
—No.— Su voz contenía su llanto, era notorio, pero aún así parecía como si se negara a ella misma a soltar una lágrima más.— Si esto me pasó es porque soy demasiado débil, porque no sé defenderme...
