Capítulo 10. La firma de libros.

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-¿Prometéis escribir? -dijo Hermione mirando a sus amigos. Su rostro estaba triste, sobretodo sus ojos.

Se encontraban en Kings Cross, en la estación de tren donde sus caminos se separaban. Lynx estaba detrás hablando con los señores Weasley. Arthur Weasley la había reconocido de inmediato, era la viva imagen de su madre, él la conocía porque también trabajaba en el ministerio. Alana asintió con una sonrisa triste. No tenía ganas de ir a casa. Es cierto que aquel año había sido muy movido, y cuando se paraba a pensar todo lo que había ocurrido no podía evitar sentir que había estado a punto de morir, pero al mismo tiempo, había sido la experiencia más intensa que había vivido en su vida. Miró a Harry ambos se miraron momentáneamente, sería tan genial hablarse por cartas, lo que fuese para mantener el contacto con sus primeros amigos en Hogwarts.

-Por supuesto. Tenemos que mandarnos cartas durante el verano. -animó Alana

Ron asintió, incluso Harry, no volvería a verlos hasta septiembre. Solo deseaba que el tiempo pasará rápido, abrazó a Harry, a Ron y Hermione antes de seguir a su hermana por la estación. Lynx la miró de reojo.

-El verano terminará antes de que te des cuenta.-comentó.

-Me voy a aburrir mucho sin ellos...

Lynx negó lentamente.

-Para nada. Me tienes a mí.

-Pero tú dijiste que trabajabas...

-Sí, es cierto. Pero he conseguido un permiso para tí de prácticas, cuidando dragones en la reserva escocesa.

-No... -Alana abrió la boca sorprendida.- ¿En serio? ¿Dragones de verdad? ¿Cómo Norberto?

Lynx soltó una suave risa.

-Claro. Es una pequeña tradición familiar. -agitó la mano restándole importancia - Por cierto, creo que no deberías mencionar nada de ya sabes ... lo de la piedra filosofal...y todo el tema.

-¿No le has dicho nada a mamá?

-Ni a papá. Así que ni una palabra. Si se enteran de que casi te pasa algo, me la cargo.

-Pero si ya eres una adulta independiente. -dijo Alana sin entender. Lynx era adulta, podía tener su propia vida si lo deseaba. ¿Por qué? ¿Cual era el motivo de seguir con ellos? ¿Era Alana, sus padres o el extraño sentimiento de culpabilidad que veía en sus ojos?

-Eso no importa con las madres. Dan miedo a cualquier edad.

Ambas hermanas sonrieron con complicidad.

En cuanto llegó a casa, Alexia, su madre, la abrazó con mucha fuerza. Salem se bajó del regazo de Lynx y se paseó por la casa.

-Mi pequeña Hufflepuff. Tienes que contarme todo lo que has hecho y como han salido las notas.

Las Selwyn en Hogwarts (Saga La familia Selwyn) #1Where stories live. Discover now