Esta es la historia de dos hermanas y de una familia bastante peculiar.
Alana Selwyn, es una bruja y como tal, recibe una carta de Hogwarts para asistir al colegio de magia y hechicería. No puede evitar la emoción, después de todas las historias que...
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Las puertas del despacho de Dumbledore se abrieron de golpe, en su interior, Snape estaba teniendo una conversación privada con Dumbledore, pero ninguno de los dos imaginó que la puerta se abriría sin previo aviso. Lynx estaba muy enojada, hasta el punto de olvidar los modales, daba grandes zancadas hasta ellos y se cruzo de brazos. Severus solo alzó la ceja.
Ella consideraba a Dumbledore, un mago poderoso y sabio, pese a que no había tenido muchas conversaciones con él, sentía cierto aprecio y admiración por el director. Sin embargo, no estaba ciega ante los errores que este cometía y tampoco tenía reparo en decirle las cosas tal y como las pensaba. En ese preciso momento no entendía por qué de todas las opciones que había decidió contratar a un profesor tan incompetente para una materia tan importante como defensa contra las artes oscuras.
-Lamento la interrupción -Lynx hablo con una voz calmada a pesar de que se notaba que estaba conteniéndose.- pero, ¿me puedes explicar porque has contratado a Lockhart? Sprout está harta de que le digan cómo hacer su trabajo, igual que todos los profesores, no para de hablar de sí mismo cada vez que me ve y de sus "grandes hazañas". -ella hizo las comillas con los dedos.- Pero hace unos días ni siquiera era capaz de detener a unos duendecillos de cornualles. Es más que obvio que ese hombre es un farsante.
Severus sonrió levemente, incapaz de mantener su rostro serio habitual, era divertido verla tan molesta. Dumbledore también sonría divertido. Tan solo necesito una mirada profunda al director para entenderlo...
-Espera... ¿Tú ya lo sabías?... -murmuró al ver el rostro divertido del director.
-Me temo que no tenemos tantas opciones para elegir, después de lo ocurrido el año pasado nadie quiere este puesto.
-Yo sí quiero el puesto. -dijo Severus. De hecho la discusión que estaban teniendo en privado era precisamente por ese tema.
Snape quería ser profesor de Defensa contra las artes oscuras, era la asignatura que más ansiaba dar y sin embargo tenía que estar dando pociones, una materia que pese a que se le daba bien no le atraía tanto como la anterior. Pero el director no estaba dispuesto a darle ese privilegio.
-Necesito un profesor de pociones, Severus. Ya lo hemos hablado. -dijo el director cansado.
-¿Me estás diciendo que como nadie quiere ser profesor de Defensa contra las artes oscuras has elegido al primero que se ha ofrecido, que resulta ser un farsante narcisista?
Dumbledore asintió lentamente.
-Me divierto cuando lo veo.
Lynx se llevó las manos al rostro mientras negaba lentamente.
-¿Y qué pasa con los niños? no están aprendiendo nada que merezca la pena.
Pero Dumbledore no iba contestar a la pregunta. Lynx sabía que era inútil, se dio la vuelta y salió del despacho igual de enojada que entró. Ahora sabía que Dumbledore estaba al tanto de todo y aún así parecía darle igual. Estaba molesta. Ella no tenía el poder para despedir al profesor, pero nadie le impedía ser grosera si se lo merecía.
