25; Dinner

729 138 1
                                    

El domingo por la mañana Seungcheol había salido de casa desde temprano, para llegar a tiempo a su trabajo y además avisarle a Jihoon de la cena que sus padres habían decidido hacer. Notó lo entusiasmado que el omega se puso por la invitación, pues la había aceptado con alegría, y se había puesto tan feliz, que soltó un poco de feromonas que atrajeron al alfa de una manera inesperada.

De pronto el deseo de soltar feromonas y atraer a Jihoon se hizo presente en Seungcheol, estaba luchando internamente por no sucumbir a esos deseos, pero terminó derrotado ante su alfa cuando ese aroma a frutillas se volvió intenso, pues el omega no midió la cantidad y la intensidad de feromonas que estaba emitiendo. Al darse cuenta de la pequeña cantidad que había estallado de su cuerpo, sacudió su cabeza y se concentró en mantenerse calmado y controlado; mientras lo hacía, terminó recordando la conversación que tuvo con su padre y se cuestionó si era correcto soltar algo de feromonas.

Durante ese día, el alfa terminó tomando el atrevimiento de soltar un poco de feromonas para Jihoon, no estaba reclamándolo como su padre le había dicho, pero al menos cuando llegaran a su departamento esa noche, olería un poco a él y sus padres dejarían de molestarlo con reclamarlo.

Al inicio fue sutil, sólo fue un ligero toque para que Jihoon se tranquilizara mientras hacía corajes a través de una llamada, pues estaba reclamando un producto que compró recientemente y ya se había descompuesto; al final Jihoon quedó embelesado por cierto aroma y terminó cediendo ante la compensación que estaban brindándole en la tienda. Luego había sido durante el almuerzo, el omega pidió helado extra sabiendo que Seungcheol lo comería gustoso, así que cuando el alfa estuvo comiendo de su tazón de helado de fresa, soltó una pequeña cantidad de feromonas felices, haciendo feliz también a Jihoon.

El omega no notó lo que Seungcheol estaba haciendo, sólo se sentía feliz y relajado, como si estuviese flotando en una nube que se dirigía lenta y directamente al alfa. Para la noche Jihoon se había vestido con una camisa escotada (que enseñaba parte de su pecho) de mangas largas en color negro, junto a unos pantalones de cuero negro que se amoldaba perfectamente a las curvas de su trasero; Seungcheol quedó enamorado y quiso desnudarlo en ese momento, pero a diferencia del resto de la tarde, esta vez tuvo autocontrol.

Por otro lado, Jihoon quiso que su mascota vistiera a juego con él, así que le pidió que usara los pantalones de cuero negro que le había comprado (los cuales no eran tan ajustados como los suyos) y una camisa negra de mangas largas, sin escote, y ligeramente holgada. Para Jihoon cada vez se hacía más real la relación inexistente que ahora tenían, y a la vez se volvía difícil pensar que tarde o temprano debía confesarle sus sentimientos, pero por el momento, se limitaría a enamorarlo y que las cosas fluyeran solas.

Al salir del edificio, el aire de otoño sopló con fuerza y Jihoon sintió el frío calarse por su ropa, tembló un poco en lo que caminaban hacia el auto que los esperaba en la entrada. Sin esperarlo, Seungcheol se quitó el abrigo que llevaba puesto y se lo dio a Jihoon para que ya no sintiera frío, eso lo hizo sonreír, y evitó la mirada del alfa, esperando que nadie se diese cuenta de esos pequeños detalles que una mascota no debía tener con su amo.

Al llegar al departamento de Seungcheol, sus padres los recibieron felices, y más el padre del mayor, quien fácilmente notó que su hijo había trabajado en reclamar a su omega, sin saber que la mayor parte del aroma del alfa en Jihoon era debido al abrigo que éste le había prestado. Cenaron cómodamente, Jihoon tenía mucho de qué hablar y la señora Choi estaba entusiasmada por saber todo de su yerno, dejando que los alfas comieran en silencio, comentando una que otra cosa cuando era necesario.

—¿Cuántos hijos te gustaría tener Jihoon? Una vez que se casen, deben ponerse a trabajar en ello.

—Mamá— se quejó Seungcheol, era demasiado pronto para hablar de eso.

Jihoon se atragantó un poco por lo inesperado del tema, pero terminó tragando su último bocado y respondió —3 hijos, me gustaría tener 3— sonrió y miró a Seungcheol.

—¡Oh que perfecto!— exclamó la mujer —Seungcheol siempre ha querido tener 3 hijos también.

El alfa sonrió diminutamente y miró su platillo vacío, evitando la mirada del omega.

—¿Ya han hablado de cuándo les gustaría casarse?

—Mamá, apenas comenzamos a salir hace dos semanas, es demasiado pronto para hablar de esos temas— se quejó nuevamente Seungcheol.

—Lo sé, lo sé, pero nunca es demasiado pronto si hay amor.

Seungcheol rodó los ojos y Jihoon sonrió mientras contenía los pensamientos que estaban cruzando por su mente, pues él ya quería hablar de esos temas con el alfa, aunque ni siquiera tuvieran una relación.

—Querida— habló el señor Choi —olvidamos el postre, ¿qué te parece si vamos por él? Vi que hay una pastelería por aquí cerca.

—¡Sí, sí! Vayamos. Volvemos en un rato— le dijo a la pareja mientras se levantaba y levantaba los platos de la mesa.

El señor Choi la ayudó con ello y se fueron pocos minutos después, dejando a Seungcheol y a Jihoon a solas por unos minutos.

—Disculpe a mi madre, siempre es así de imprudente— dijo el alfa mirando al menor.

—Está bien, es adorable tu mamá. Mi mamá era más tímida al hablar, siempre dejaba que los demás hablaran y ella sólo escuchaba.

Seungcheol asintió —¿qué le pasó a su madre? Si no es inapropiado preguntar.

—Murió de cáncer cuando tenía quince años— sonrió con nostalgia —ya estaba muy avanzado para cuando se lo detectaron, así que en tres meses murió.

—Lo lamento— quiso tomar su mano por sobre la mesa, pero en lugar de ello soltó algunas feromonas para reconfortarlo.

—Gracias— hubo un breve silencio, hasta que continuó hablando —Yoona siempre se empeña en hacer el labor de madre cuando mi padre no es de ayuda— sonrió con gracia —pero es sólo 5 años mayor que yo, no puede ser mi madre.

—Supongo que debió ser difícil el que tu padre se casara con alguien tan joven.

—Un poco. A ella le gusta soltar muchas feromonas para atraer a mi papá, le habla con coquetería y a veces hacían cosas enfrente de mí que me incomodaban, ya imaginarás qué, por eso terminé mudándome cuando me dijeron que iban a casarse, no podía vivir con ellos si seguían de esa manera— se miraron con ligeras sonrisas y Jihoon cambió un poco su estado de ánimo —¡pero! Estoy bien viviendo solo y estoy bien teniéndote de mascota— sonrió ampliamente.

Por un segundo Seungcheol se asustó de que su madre pudiera escuchar aquello último, pero aún seguían solos, así que el susto pasó rápido —¿está bien con sólo tenerme de mascota?— trató de hacer énfasis en que podría haber más que eso, quería asegurar que cualquiera que fuese su respuesta, iba a ser lo que definiría la clase de relación que tendrían y se haría a la idea más fácilmente.

Por un segundo se ruborizó Jihoon y dijo —tu presencia en general— lo miró directo a los ojos, quería confesarse, quería que supiera de una vez todo lo que removía en su ser, pero justo cuando se decidió a hacerlo, los padres de Seungcheol habían vuelto.

Los adultos sonrieron ante la cercanía que había entre la pareja, una cercanía de la que no se habían dado cuenta de cuándo habían acortado. Al dirigirse a la cocina, la beta le susurró a su esposo —te dije que tardáramos más.

La velada continuó, algo confusa para los más jóvenes que seguían con la incertidumbre en los sentimientos del contrario, pero fue agradable y terminó bastante bien. Cuando fue el momento de marcharse, Jihoon llamó a su chofer, el cual se había ido para no pasar las casi 3 horas de cena aburrido en el auto, así que Seungcheol acompañó al menor a la entrada del edificio, para que esperaran juntos el auto.

Tuvieron una breve conversación en la que Jihoon se cuestionó arduamente en si era el momento de confesarse, pero simplemente no tuvo el valor de hacerlo y se marchó agitando su mano.

The Omega's Pet [JiCheol]Where stories live. Discover now