PRIMER MOVIMIENTO

1.1K 121 137
                                    


Las puertas del Edén se abrieron de par en par.

Grigori Rasputín era un hombre muy interesante, siempre solía hacerles bromas a sus hermanos, además de tener demasiado carisma para conquistar lo que estuviera a su paso, pero, en el momento que Eva vio los ojos de su hijo, supo que algo mal estaba pasando. Más cuando detrás de él le siguieron los demás, y se dio cuenta que 8 de sus pequeños no estaban entrando a su hogar.

— Madre, ha ocurrido una desgracia. — dijo Grigori con ansiedad en su voz.

No hubo mucho que decir después de eso, Eva estaba destrozada escuchando a sus hijos mientras estos le explicaban lo que había pasado. Se estaba llenando de rabia, no solo querían asesinar a su esposo, ahora, tenían como rehenes a sus pequeños.

— Ellos dijeron que recibiremos mañana una invitación para sus nupcias. — dijo Okita preocupado. — No van a casarse de verdad, ¿o sí?

— Suficiente. — comentó Eva molesta, levantándose. — Iré a hablar con ellos.

— ¡No! — gritó Michel. — Mamá no puedes, le estarás dando lo que ellos quieren, si te tienen a ti, te usaran no solo contra papá, también contra mis hermanos, eres nuestra debilidad.

— Mi hermano tiene razón, madre, no puedes ir. — afirmó Grigori.

— ¡No puedo quedarme aquí! Tengo a su padre en cama, conectado a máquinas, y ahora sus hermanos. — los sollozos comenzaban a resbalar en el rostro de Eva. — Tengo que salvarlos, no puedo seguirles permitiendo que rompan mi corazón.

— No firmaron nada. — interrumpió Simo, con ese cubre bocas característico en su rostro. — No han firmado nada, las nupcias supongo que es para atarlos, pero hasta el momento ninguno de ellos firmó algo. Necesitamos despertar a papá ya, necesitamos volver al panteón griego en la mañana. No podemos dejarlos allí.

Todos asintieron, a lo que Eva suspiró para abrazar a sus pequeños, haría lo que fuera para recuperarlos a todos.

.

.

.

.

.

.

Entrando por su cuenta al Helheim, Beelzebub se acercó sin miedo a la oficina de Hades, utilizando el bastón que le había regalado, usando su característica ropa negra, a paso apresurado hacia ese lugar, ignorando la mirada de los sirvientes del rey del inframundo. Dio un suave suspiro al ver las puertas frente a él, y empujó con sus manos para poder ver la sala de trono, donde por supuesto se encontraba Hades jugando ajedrez contra su mascota, una blanca cacatúa que sostenía la pieza de un peón en la boca. La mirada violeta de Hades fue directa al dios maldito, para después simplemente sonreír, mirando como su ave movía la pieza, acabando su jugada.

— ¿Ajedrez contra un animal? — dijo Beelzebub acercándose.

— Los animales son inteligentes, tanto que incluso saben, que las personas educadas y con modales tocan la puerta. — respondió el rey. — ¿Qué ocurre?

— Hice lo que me pediste, escogí a Nikola, y ahora le tengo que dar un lugar en donde dormir. — y un gruñido de molestia apareció en la boca de Beelzebub. — Afortunadamente ahora mismo están con la servidumbre mientras le toman medidas para verse bien en nuestra boda.

— Oh, yo haré lo mismo con Qin, he preparado nuestra habitación muy bien, la remodelé para que se sienta a gusto. Una gran cama con espacio para 10 personas, sabanas y cobijas de las mejores telas, tonos rojizos con negro y dorado, tenues, no tan fuertes, que lo hagan sentir en un lugar cálido. — una sonrisa apareció en Hades. — También he leído de su cultura, he hecho que mis cocineros practiquen los platillos, he preparado diferentes vestuarios para mi reina.

CHECKMATE (JAQUE MATE)Where stories live. Discover now