JUEGO PREVIO

1K 101 116
                                    


Habían pasado días desde que sus hermanos habían aceptado casarse con esos dioses. En el Edén se dio la noticia, dejando a la mayoría de los humanos confundidos, pero su padre Adam había aclarado las cosas de la mejor forma sin soltar la verdad. No podía decir que eran matrimonios falsos, pero, si creo una historia de que sus hijos habían sido cortejados de buena manera por los dioses y estos habían decidido dar ese paso.

La casa se sentía sola sin ellos, eso pensaba Simo mientras caminaba por la sala. Sabía que era un hermano menor, por eso ese día no había sido elegido, pero, sintió que había algo más allí, sus ojos de Halcón no mentían, había algo más que solo lo que Hades mencionaba, pero no estaba seguro, tal vez solo se trataba del miedo de no tener a sus hermanos con él.

Escuchó la puerta de pronto, sacándolo de sus pensamientos, en donde al abrir, vio a un sujeto rubio y alto, un dios enorme, sintió sus piernas temblar, estaba frente a un dios con esa aura divina, y él se encontraba solo en casa en ese momento.

— Mi nombre es Apolo. — dijo el dios mirando al humano con esos intensos ojos esmeralda. — Soy un dios...

— Se quién eres. — dijo rápido Simo. — Mi padre no está aquí.

— Esta bien, solo venía a entregar esto, son las invitaciones.

Simo se quedó con la boca abierta, si no fuera por ese cubre bocas, Apolo hubiera podido ver su expresión de mejor manera. Pero allí estaba, 8 diferentes cajas preciosas, de distinto color que eran "invitaciones humildes" de los dioses para Adam y Eva. Rascó su nuca mirando al dios, y este entendió el mensaje, ayudándole a meterlas y ponerlas en la mesa.

— ¿Tenían que ser tan grandes? — preguntó Simo.

— Son dioses, quieren que Adam y Eva vean su poder. — rio el dios griego mirando de reojo a Simo. — ¿Qué edad tienes?

— 17 años, bueno, estoy cerca de cumplir 18. — comentó Simo mirando las cajas. — ¿Tienes algún otro mensaje?

— ... No, es todo. — comentó Apolo caminando a la salida. — Me gusta tu cubre bocas, perritos, me agrada, también me gustan.

— Gracias. — comentó Simo mirando al dios, algo sonrojado, no recordaba que tipo de cubre bocas traía ese día, por lo tanto, le daba algo de pena que viera uno de los que considera informales.

— Cuando cumplas 18, si quieres celebrar tu mayoría de edad, no dudes en buscarme. — dijo el dios de nueva cuenta sacándolo de sus pensamientos. — Creo que podríamos divertirnos.

— ¿Gracias?

— Oh vamos, seremos familia, tres griegos se casan con tus hermanos, así que es mejor llevarnos bien. — contrarrestó Apolo recargándose en el marco de la puerta.

— Supongo que tienes razón.

— Además... — dijo el griego inclinándose, para poder estar a la altura del rostro de Simo. — Estoy seguro que serías la sensación en todo el Valhalla, tus ojos son tan hermosos que conquistan todo...

Apolo no pudo terminar esa frase, porque sintió una tremenda patada que lo hizo caer lejos de la puerta de entrada. Y si, se trataba de Grigori, mirando al griego levantándose poco a poco. Ambos hombres no dijeron nada, solo se quedaron mirando el uno al otro hasta que el dios suspiró.

— No estaba haciendo nada.

— Mi hermano es menor, aléjate de él. — comentó el ruso.

— Yo igual soy...

— Eres un dios de siglos de vida.

— No parecía molestarte eso cuando tus hermanos decidieron casarse con unos dioses más antiguos que yo.

CHECKMATE (JAQUE MATE)Where stories live. Discover now