DISTRACCIÓN Y PLAN

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Algunas veces, los mejores planes para ganar una partida, nacen a partir de una ventaja absurda. Conocer a tu contrincante es fundamental para poder hacer una jugada maestra contra él. Siempre es mejor engañar a tu oponente con algo cotidiano e inesperado.

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Tres semanas después...

Cerró los ojos, queriendo recordar lo que había sucedido, tratando de recordar cada detalle que lo llevó a estar presente en esa reunión.

Como primera instancia, recordaba sus manos recorriendo ese frágil y pálido cuerpo. Recordaba la suavidad de su piel, lo delgado que era, el olor a té negro en él, algo tan rico y relajante. También recordaba ver su pecho subir y bajar entre jadeos, cada que su lengua y boca besaban y apresaban una parte nueva de él. Sus muslos, su abdomen, su vientre, sus caderas, su pecho, sus tetillas rosadas, lo que fuera, hacían que el pecho del humano subiera y bajara descontrolado, soltando gemidos y jadeos dulces.

Amaba a Jack, lo amaba más que nada, lo amaba más de lo que ha amado a alguien. Él era esa parte perfecta que no podía ignorar de su mente. Le había amado en el Ragnarök, le amaba ahora. Alguien tan frágil en apariencia como un pequeño petirrojo, era tan fuerte como una montaña. Quería protegerlo, aunque sabía que el humano nunca necesitaría su protección.

Al girarlo de la cintura, notó ese pequeño trasero dulce que no perdió la oportunidad en besar, deslizando su lengua por su espalda baja, sintiendo como la piel del ex asesino se erizaba con su toque. Jack era lo que quería, Jack era lo que necesitaba. No podía contener sus manos de frotarle el miembro escuchando los dulces gemidos de su ahora esposo, en como movía las caderas dando suaves embestidas contra sus palmas al tocarlo, en cómo se derretía en gemidos y palabras de excitación.

— My dear, Hércules... — jadeaba el humano abrazándose de una almohada. — I love you.

No sabía si era el calor de la situación, o qué diablos era, pero sentía su corazón a punto de salirse de su pecho al escuchar a Jack pronunciar esas palabras, solo pudo atinar por abrazarle, besarle la nuca hasta llegar a los labios de su esposo, disfrutando sentir tan tersos besos que lo llenaban de amor.

— Te amo, Jack. — dijo Hércules a lo que el humano le volvió a besar. — Más de lo que te imaginas.

Decidieron no perder el tiempo, el dios se acercó al pequeño buro con su mano derecha, para sacar el lubricante. Debido a su diferencia de tamaño, solía prepararlo bien para evitar desgarros o dolor en el humano. Todo iba perfecto, besaba el cuerpo de su amado Jack, se excitaba con esa sinfonía de gemidos, al punto que quiso comenzar a acariciar la entrada del humano, en lo que abría el lubricante con la otra, y todo cambió en ese preciso momento.

El dios bajó la mirada notando que las piernas y las nalgas de Jack estaban humedecidas, sus dedos estaban húmedos al acariciarlo, era una especie de lubricación, que sí, provenía del cuerpo del humano.

— Estaba húmedo.

Mencionó Hércules abriendo los ojos, se encontraba en la sala del sueño solo junto a Hades, mientras este le escuchaba atento. Después de lo que pasó, había pedido una reunión de emergencia con su tío al no poder explicarse lo que acababa de pasar hace unas horas con su esposo.

CHECKMATE (JAQUE MATE)Where stories live. Discover now