Capítulo 3. Mi Bogotá.

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Saura

- Disculpa la tardanza – dice Adela acercándose y niego mientras me descruzo de brazos –
- No pasa nada – respondo cuando ya está frente a mí –
- Gracias por llevarme – dice sonriente y la miro fijamente, me atraen esos ojos verdes –
- ¿Vamos? – pregunto y asiente –

Me acerco hasta la puerta del copiloto y abro para entonces ver a Adela subirse, agradece y cierro para rodear el coche, me subo y me pongo el cinturón de seguridad, enciendo el coche y le pido que encienda la radio, Adela chilla cuando va sonando bailando de Enrique Iglesias y me rio, la veo de reojo bailar y sonrío suavemente, le pido que ponga su dirección en el GPS y eso hace.

- ¿Tienes mucho tiempo aquí? – pregunta y volteo a verla un segundo –
- Tres años – respondo tranquila mientras veo la carretera –
- Mi ahijada dice que un año después de estar aquí montaste tu revista – dice y asiento –
- Ya hace dos años y algo – digo sonriendo mientras lo recuerdo –
- Felicidades – dice y volteo a verla para guiñarle un ojo –
- Gracias – respondo y hay un pequeño silencio – Adela – la llamo – ¿Y te gustaría salir conmigo? – pregunto de golpe –

Adela no me responde y me siento tonta, comienza a sonar Lena – Looking for Love y tarareo la canción mientras sigo el GPS hasta la casa de Adela. Un rato después llegamos y me estaciono para apagar el coche y quitarme el cinturón de seguridad, me giro y Adela también, ambas sonreímos.

- Gracias por traerme – dice y niego –
- Es un placer – respondo tranquilamente –
- Saura – susurra y le presto más atención – Sí, acepto salir contigo – responde finalmente y me quedo asombrada –
- ¿Este viernes? – pregunto y asiente –
- Muchas gracias de nuevo – susurra y me deja un beso en la mejilla para finalmente irse –
- Hasta luego – grito y se despide con la mano – dijo que sí – susurro mientras acaricio mi mejilla y la sigo con la mirada –

Niego borrando cualquier pensamiento y me pongo el cinturón de seguridad para encender el coche e irme a casa, en el camino enciendo la radio y va sonando música electrónica, le subo volumen y sigo mi camino. Un rato después llego a mi casa y me estaciono, apago el coche y me quito el cinturón de seguridad, agarro mi cartera del asiento de atrás y finalmente me bajo del coche, le paso el seguro y camino hasta la entrada, mi celular comienza a sonar y lo saco del bolsillo de mi abrigo, veo que es mamá y sonrío.

Llamada
-Buenas noches señora – saludos y se ríe, termino de abrir la puerta de la casa –
- Hija ¿cómo estuvo hoy Cata? – pregunta y suspiro suavemente –
- Mucho mejor mamá, capaz la den el viernes – respondo mientras cierro y me acerco a la sala  –
- Gracias a Dios hija, mañana voy a verla hoy tuve que ver más pacientes de lo común – dice y asiento mientras dejo la cartera en el sofá –
- Me imagino, tranquila mamá mañana nos vemos en el hospital igual de aquí al viernes faltan tres días – le digo tranquilamente –
- Bueno hija cuídate, te quiero – se despide y sonrío –
- Te quiero mamá – me despido y cuelgo –
Finalizada Llamada

Camino hasta la puerta corrediza y salgo al patio trasero, algo que me encanta de aquí es que la vida es más tranquila, no viene a buscarme nadie, ni me llaman para salir, las veces que salgo es porque me nace y casi siempre con Edward el prometido de mamá, terminamos en algún bar cantando como si fuéramos unos mariachis y muy ebrios, me gusta la vida en Berlín porque no es tan llamativa y soy feliz así.

Un rato después entro de nuevo a la casa y cierro la puerta corrediza, para acercarme hasta la barra y agarro una botella de vino, voy a la cocina por una copa y abro la botella para servirme un trago, dejo la botella en la barra de la cocina y salgo de ella para acercarme a la sala, rodeo el sofá y me siento, me giro cuando el celular comienza a sonar otra vez, agarro el celular que se encuentra encima de la cartera y sonrío cuando en la pantalla sale el nombre de “David”.

Causa y Efecto part II Donde viven las historias. Descúbrelo ahora