Capítulo 24 parte II. Se acabó todo

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- Yo abro - grito saliendo de la cocina y me acerco a la entrada para abrir la puerta -
- ¡Hola! - saluda Amanda y me abraza fuerte, me rio -
- Hola loca - saludo y nos alejamos -
- ¿Vamos a desayunar? - pregunta y miro hacía arriba -
- Bueno, esta bien - respondo y asiente aplaudiendo mientras entra a casa - dame unos minutos - digo y asiente -

Camino hasta las escaleras y subo para ir a mi habitación, cuando llego veo a Alberto arreglado o algo así, porque una bermuda no es de gente arreglada y frunzo el ceño sin entender.

- Me llamó Edward - dice leyendo mi mente - vamos a desayunar - finaliza y asiento -
- Y Amanda esta abajo esperándome para ir a desayunar - digo lentamente viendo que es raro -
- Algo se traen en mente - decimos al unísono y nos reímos -
- Diviértete - digo y mi marido asiente -
- Ustedes también - dice y se acerca para besarnos -

Un rato después bajo y Amanda se queja como niña chiquita, me rio negando y tomo las llaves de la casa y del coche, salimos de casa y me pongo los lentes de sol, Amanda decide que vayamos en su coche y acepto, así que nos acercamos a su coche y nos subimos, nos ponemos los cinturones de seguridad y mientras ella lo enciende, yo enciendo la radio y ahora maneja hacia una panadería por lo que me dijo y acepto entre risas.

Al menos unos veinte minutos después llegamos a la panadería, apaga el coche y nos quitamos los cinturones de seguridad, nos bajamos y mientras lo rodeo, Amanda se acerca a la acera, ahora ambas caminamos hasta entrar a la panadería, pedimos algo de comer y también discutimos por quien paga para que finalmente lo haga ella, nos acercamos a una mesa y unos minutos después comenzamos a desayunar mientras hablamos de banalidades.

Un rato después de muchas risas, anécdotas y temas banales, terminamos de desayunar y aunque seguimos hablando ya no son temas banales sino más bien de nuestras hijas hasta que Amanda se queda seria y miro a otro lado mientras termino mi café.

- ¿Quisieras ser mi madrina de boda? - pregunta Amanda de golpe y me ahogo para luego voltearme a verla -
- ¿Qué? - pregunto asombrada y sonríe sonrojada -
- ¿Serias mi madrina de boda? - pregunta y me quedo paralizada -
- ¡Claro que sí! - chillo y la abrazo mientras la escucho reír y sonrío tranquila -
- Bueno vamos a la boutique que falta poco para la boda - dice y me rio negando mientras me alejo -
- Amanda es en diciembre - digo burlona -
- María José es 30 de Octubre, ya casi es - responde y me rio negando -

Nos ponemos de pie y finalmente salimos de la panadería, caminamos hasta el coche y nos subimos, nos ponemos los cinturones de seguridad y enciende el coche, yo enciendo la radio y va sonando una canción de Olga Tañon, comienzo a cantar a todo pulmón y aunque Amanda se ríe, hago que me siga para que finalmente ambas vayamos cantando hasta la boutique.

En el camino después de que terminó la canción de Olga Tañon, comenzamos a hablar de la boda y me siento tan feliz de verla así de emocionada, sé que Amanda se merece toda la felicidad del mundo y ahora la está viviendo, así que no deseo menos para mi amiga.

Y me sorprende como han ido pasando los días desde su regreso o mejor dicho desde el regreso de Saura. En cuanto a mis hijas, África está cada día más feliz y ya tiene casi todo listo para su boda que es ahorita en noviembre, mi nieta es una niña muy hermosa e inteligente claro como los Franco, sonrío negando.

En cuanto a Helen, como deseo que todo mejore para su vida porque sólo deseo que ella sea muy feliz, pero sé que en el ámbito profesional quitando aquel susto de ese mafioso, me siento tan orgullosa de mi pequeña y que poco a poco este haciendo su nombre vibrar entre tantos abogados en esta ciudad, ella es increíble y sé que va a llegar muy lejos, incluso más lejos que yo.

De Amanda y Edward, son una pareja tan hermosa y un par de locos como Alberto y yo, me encanta que siempre que estamos juntos es pura risas y debates muy interesantes aunque cuando eso pasa terminamos riéndonos de las locuras de Edward y mi marido, par de locos.

Causa y Efecto part II Where stories live. Discover now