Capítulo 59. La ceremonia

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Saura

Siento muchos nervios y me muerdo el labio inferior, volteo a ver a David y él me hace señas para que me calme, resoplo y asiento, finalmente abren la puerta y me detengo para ver hacía ella, esta Helen mientras que Carlota le tapa los ojos, sonrío anchamente y volteo a ver a David quién sonríe emocionado, vuelvo la vista a Helen y Carlota finalmente le quita la mano de los ojos, mi corazón late desenfrenado y mis piernas tiemblan.

Alberto se acerca a Helen y le ofrece su brazo, ella lo enreda aún asombrada y caminan el pasillo hasta acercarse al escritorio de la jueza, siento un nudo en la garganta y comienzo a llorar, sonrío mientras se acercan y nuestras miradas se conectan, al llegar Alberto nos bendice y me da la mano de Helen, agradezco feliz.

- ¿Qué es todo esto? - pregunta Helen asombrada -
- Nuestra boda legal - respondo y sus ojos se cristalizan, sonrío y le guiño un ojo -
- ¿Comenzamos la boda? - pregunta la jueza y asentimos -

Volteamos a ver a la jueza y nos sentamos frente a ella, comienza a hablar del matrimonio y volteo a ver a Helen, sonrío y no puedo creer que finalmente estamos aquí, esta apunto de ser mi esposa, hace cinco años atrás cuando la perdí me hubiesen dicho esto y no lo creería, pero ahora que estamos aquí estoy totalmente feliz y completa, vuelvo la vista a la jueza.

- Firmen aquí - señala la jueza y nos da el bolígrafo -

Firma primero Helen y veo a David emocionada, firmo ahora yo, luego David y Eugenia que son los padrinos, Gera se acerca con los anillos y le agradezco, nos ponemos los anillos y vuelvo a llorar, volvemos a ver a la jueza y entrelazo nuestras manos.

- Ahora sí, las declaro esposas, felicidades - asiento y veo a Helen, nos ponemos de pie - puedes besar a tu esposa Saura - dice la jueza burlona y me rio -

Me volteo y tomo las mejillas de Helen, mientras lloramos me acerco y le doy un beso, todos aplauden y me alejo para voltear a verlos y sonrío, vuelvo la vista a Helen y le doy un casto beso para luego decirle cuanto la amo y asiente. Le agradecemos a la jueza y nos desea una vida feliz, asentimos y nos damos la vuelta para salir de la sala.

Después de que todos salimos del juzgado nos acercamos a los coches, cada quien se va en su coche hasta el restaurante Italiano. Un rato después llegamos al restaurante y apago la camioneta, nos quitamos los cinturones de seguridad y le doy un casto beso a mi esposa para finalmente bajarnos, caminamos hasta entrar al restaurante y me acerco al gerente para pedir la reserva a mi nombre, cada familia va llegando y seguimos al gerente hasta nuestra mesa.

Un mesero se acerca y le pido tiempo para que terminen de llegar todos, asiente y se disculpa para irse, yo sólo agradezco y sigo hablando con los que van llegando, mantengo la mano de mi esposa con la mía sobre mi pierna y reímos con los chistes de Edward quien llegó al igual que nosotras, mamá solo se ríe y niega.

Un rato después estamos ya todos reunidos y le pedimos al mesero una botella de champán, agradezco y va a buscarla. Vuelve con la botella y las copas, nos sirve a todos y después de que le agradecemos se vuelve a retirar, Alberto toca la copa mientras se pone de pie y todos volteamos a verlo.

- Hoy después de tantos años, se nos ha hecho el sueño realidad de todos - nos reímos y volteo a ver a mi esposa para besarla - hoy mi pequeña hija se casó con mi nueva hija Saura - dice y sonrío mientras miro a mi suegro - realmente más feliz no puedo estar, sé que por momentos creí que lo mejor era que mi hija siguiera su camino pero también sé que un amor como el de ustedes es inquebrantable, era cuestión de tiempo, así que pues nada quiero brindar por ese amor y que sea eterno pero juntas - dice Alberto y todos agarramos nuestras copas para ponernos de pie -
- ¡Salud! - chillamos y chocamos nuestras copas -
- Te amo - susurro mientras brindo con mi esposa y sonreímos -

Causa y Efecto part II Where stories live. Discover now