Como un ángel caído que cayó del cielo, ven, desciende hasta donde estoy. En la noche estrellada está la oscuridad y en la eternidad Diosa tú serás... vuela al cielo.
Volaremos lejos, encontraremos la manera.
Veremos el final, seremos el final.
S...
OVA: Serenidad Siempre habrá momentos de calma donde menos uno lo espera.
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Año 850 Antiguo cuartel de la Legión de Reconocimiento
La entrada al antiguo castillo servía también como apertura al muro de piedra que rodeaba su totalidad. Aunque ya se había deteriorado, lo que una vez fue una robusta puerta de madera yacía caida al suelo. Sobre la puerta y el muro, habia un espacio para que la gente entrara y saliera y allí podían esconderse para disparar flechas a través de los agujeros abiertos. Era evidencia de que los humanos alguna vez lucharon a gran escala. Fue hace mucho tiempo, cuando los caballeros con armadura luchaban entre sí.
Los pasos podían escucharse a través de la lluvia, el hombre que miraba al exterior se mantenía apacible observando a sus hombres entrenando sin parar. Para él, era digno ver dicho espectáculo, jamás se cansaría de ver pues gracias a ellos, él estaba más cerca de conocer la verdad.
—¿Qué estas mirando, Erwin? —Levi, quien se negaba a ensuciar sus botas en el barro, decidió ir en busca del comandante. Colocándose a su lado y observando aquella hermosa vista para el rubio
—¿Eres tú, Levi? Pensé que estarías entrenando para la expedición.
—No me quiero ensuciar las botas, además, Jazmín me prohibió salir si no me tomaba quien sabe cuántos tés para que no me resfriara de nuevo.
—A veces pienso que le haces más caso a Jazmín que a mí. —Erwin río, dándole una rápida mirada a Levi quien se hundió de hombros—. Me alegra saber que ella cuide de ti, aun sabiendo lo terco que sueles ser.
—Ella es más terca, alguno tenía que ceder y esta vez me tocó a mí —dijo relajado, no escondía ante Erwin lo bien que se sentía porque alguien lo cuidaba
—¿Qué pasa con Eren? ¿Está bajo tierra? —Levi asintió, volviendo a mirar hacia afuera
—Lo deje con Petra y los demás. Puede que este fuera del castillo, pero esta bajo la autorización de Hange.
—Está bien, entonces. —Erwin se acercó un poco más a la ventana
—¿Esta justo ahí la dirección a la capital real?
—Sí, ¿puedes verlo?
—¿La capital real? —preguntó sin comprender la pregunta
—Un arquero tiene que agacharse para disparar su flecha. Debe ser fácil para ellos ver lo que sucede afuera.
—¿Qué intentas decir? —Levi frunció el ceño sin comprender la mente maquiavélica de su amigo
—Las piedras que componen las paredes también son gruesas. La lluvia no puede entrar, por lo que la vista no está obstruida y se puede ver bien. Aunque es una pena que este lloviendo, es un castillo magnífico.
