iv. ━━━━ un golpe bien dado

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you take me places
that would ruin my reputation























































Veinte minutos después se encontraban junto a la playa y frente a una casa inmensa, pero no era el tamaño lo que te dejaba boquiabierto, no; era la cantidad de gente que había amontonada por sus alrededores, por los escalones de la entrada y por prácticamente todas partes. La música ya se oía a un kilómetro de distancia y estaba tan fuerte que Merilia sintió su cerebro retumbar dentro de su cabeza.

   Se bajaron del coche y se dirigieron hacia el camino de entrada. Era como haber ingresado de lleno a una de esas fiestas que sólo se ven en las películas de Rápidos y Furiosos que tanto le gustaban a la pelinegra. Era una locura. Los barriles de cerveza estaban repartidos por todo el jardín delantero y rodeados de un montón de tíos que se gritaban y se animaban a beber más y más. Las chicas iban simplemente en bañador o incluso en ropa interior.

   ―¿Todas las fiestas a las que asiste son así? ―le preguntó Noah a Zack, con evidente cara de asco por todo lo que veía.

   ―No todas ―respondió soltando una carcajada ante la cara de horro de su acompañante ―. Esta es mixta ―afirmó dejándola descolocada.

   Fantástico, pensó Merilia para sus adentros, lo único que me faltaba esta noche era meterme a una fiesta de bandas.

   ―¿Te refieres a que hay chicos y chicas en la misma fiesta? ―preguntó con inocencia Noah.

   Zack soltó una profunda carcajada que opacó la risa de Merilia, tomó la mano de Noah y tiró de ella, su cercanía la hizo sentirse menos intimidada por todo el lugar.

   ―Me refiero a que cualquiera puede asistir ―puntualizó mientras se abrían paso por la abarrotada puerta y entraban al interior. La música tenía un ritmo desenfrenado y repetitivo que se te metía por los tímpanos haciendo que te doliera la cabeza.

   ―¿A qué te refieres?

   ―A que cualquiera que pague la entrada puede entrar ―le explicó su hermana, deseando que Noah dejara de avergonzarse a sí misma. Zack asintió dándole la razón ―. Con el dinero se compra alcohol y... otras cositas ―concluyó con cierto deje de diversión.

   Pero su hermana entendió a lo que se refería. Drogas. Noah maldijo para sí misma haberse metido en ese lugar lleno de gente imprudente y desvergonzada.

   ―Creo que esto no ha sido buena idea ―le confesó a su hermana, teniendo que alzar su voz al máximo para que esta la escuchara.

   ―No te preocupes por eso ahora. Ven, vamos a divertirnos un rato ―le habló al oído y la jaló al centro de un montón de chicas bastantes borrachas.

   Ninguna sabía qué había sido de Zack, lo perdieron de vista al poco tiempo de entrar. Pasaron los próximos treinta minutos bailando y divirtiéndose entre un montón de gente desconocida, meneando sus caderas al ritmo de la música e imitando los pasos que iban tirando sus acompañantes.

   ―¡Tengo sed! ―gritó Noah para que su hermana pudiera oírla.

   ―¡De acuerdo! Espérame aquí que ya vuelvo ―dijo saliendo un poco del tumulto ―. ¡No te muevas de ahí!

𝗥𝗘𝗣𝗨𝗧𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡  ❪ culpables ❫Where stories live. Discover now