𝗥𝗘𝗣𝗨𝗧𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡 ❪ culpables ❫

xiv. ━━━━ cuando el gato no está, los ratones hacen fiesta

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↻ oh baby, i said "just a little bit"
then i got a taste of it
now you got me falling
at your feet ↺

Cuando Merilia arribaba a su nueva casa, cuatro días después de la carrera y tres desde que se había marchado, comenzó a escuchar la ensordecedora música provenir de allí estando a cuadras de distancia. Cuando el taxi retomó su marcha, dejándola frente a la reja puesto que una gran cantidad de coches dificultaban la entrada hasta la puerta principal, Merilia vislumbró desconocidos por doquier, bebiendo, bailando y haciendo cosas bastante íntimas sobre cualquier superficie medianamente plana.

   Claramente, su hermanastro, Nick, se había montado una fiesta a lo grande; la casa y los alrededores estaban a tope. Sabía gracias a Noah que su madre y William habían partido en un viaje de negocios, así que el permiso no había sido un requerimiento que se tomó en cuenta. De todas formas, no le molestó; Merilia nunca diría que no a una buena fiesta, además, esta le facilitaría la tarea que tenía que hacer.

   Ahora agradecía no haber llevado equipaje, sólo un bolso de mano lo suficientemente grande para guardar un par de mudas de ropa; no se imaginaba acarreando una maleta entre toda esa gente, subiéndola por las extensas escaleras hasta su habitación. Si iba a gastar energía al pedo, al menos que fuese bailando sobre alguna mesa.

   Una vez ya dentro de la mansión, lo primero que captó su atención fue Noah, estaba bailando junto a Jenna en una ronda de hombres y mujeres que parecían muy borrachos. No sabía cuándo había desarrollado la habilidad de encontrar a su hermana independientemente de donde esta estuviera, tal vez su instinto de madre estaba apareciendo prematuramente...

   O tal vez era porque Noah llevaba puesto uno de los top favoritos de Meri.

   Fuera por la razón que fuese, Merilia apretó su bolso más contra sí y se deslizó a empujones entre las personas hasta llegar junto a Noah.

   —¡Meri! —gritó sobre la música cuando la vio llegar, alargando mucho la i—. Te extrañé mucho —otra vez alargó la última letra.

   —¿Estás borracha?

   Noah abrió y cerró la boca varias veces, e incluso cuando la abrió para por fin hablar, la excusa no abandonó sus labios.

   —... Nop —dijo al fin, haciendo un puchero y mirándola con ojos tristes, mientras escondía el vaso rojo de plástico detrás de su espalda.

   —No me vomites ese top o vamos a tener problemas, Noah Nicolle Morgan —dijo su hermana, señalándola con un dedo en advertencia.

   Segundo nombre, okey, Noah tragó saliva y soltó una risita nerviosa mientras negaba con la cabeza.

   Después de asegurarse de que Noah no iba a caerse de borracha, Merilia subió a su habitación. Entró arrojando su bolso a los pies de la cama y fue directo al vestidor para cambiar su atuendo por uno más acorde a lo que estaba sucediendo en la planta baja.