𝗥𝗘𝗣𝗨𝗧𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡 ❪ culpables ❫

xii. ━━━━ rápidos y furiosos ft. Merilia Morgan

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↻they say i did something bad
but why's it feel so good?
most fun i ever had
and i'd do it over and over and
over again if i could
it just felt so good, good↺

Ese coche era una pasada. Los asientos eran de cuero, la caballería era impresionante y qué decir del aquel ronroneo de motor era... excitante. Había pasado bastante tiempo desde que Merilia había estado tras el volante de un auto de carreras, esperaba no estar oxidada, aunque su parte narcisita le impedía aquel pensamiento.

   Puso el coche en marcha con facilidad y se acercó hacia la línea de salida. Nadie sabía que era ella quien conducía, nadie excepto su adversario.
De repente sonrió como si por ese instante volviera a tener quince años.

   —Eh, preciosa. —Merilia bajó la ventanilla del piloto y giró la cabeza hacia desde donde Ronnie le estaba hablando—. No estés nerviosa, sólo te estás jugando la reputación de Nick.

   No era algo que le interesara en absoluto. Es más, si no fuera tan competitiva, hasta hubiera considerado perder a propósito.

   —Anímate —volvió a hablar—. Ve, por ser mujer te voy a dar diez segundo de ventaja.

   ¿Diez segundo de ventaja por ser mujer? Ja. Este imbécil no sabía con quién se estaba metiendo. Como si el hecho de tener una verga lo hiciera mejor corredor de autos.

   Merilia le mostró la sonrisa más falsa que había hecho en su vida y giró la cabeza de regreso a la pista.

   En cuanto los banderines dieron la señal de salida, los espectadores mostraron su confusión al no ver movimiento por parte de ninguno de los coches.

   Ronnie miró incrédulo como Merilia esparcía un gloss con brillitos sobre sus carnosos labios, como si fuera agena a que estaba en una carerra.

   —¿Qué coño haces? Te he dado diez segundos de ventaja.

   —Y los estoy aprovechando —dijo, cerrando el labial—. Sé que tu pequeño cerebro creyó que sería fácil ganarme, pero pronto comprenderás que estabas equivocado.

   Entonces sonrió y le lanzó un beso.

   —Te veo en la meta, precioso.

   Merilia pisó fuerte el acelerador y en menos de un segundo dejó atrás la línea de salida y a Ronnie, quien se apresuró a imitarla, aunque no lo bastante rápido debido a sus malos reflejos.

   Merilia se sentía genial. La adrenalina y la velocidad habían sido sus mejores amigas desde que sus piernas crecieron lo suficiente para llegar a los pedales; a los doce ya corría como una experta. Su sonrisa creció sintiendo el viento chocar con su cara y sacudir su cabello. Lo que en cualquier otra circunstancia le habría molestado, ahora no le causó más que risa. Se sentía... liberador, y se recordó corriendo un par de años atrás. Ya ni recordaba por qué dejó de hacerlo.