vi. ━━━━ menuda resaca

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they don't know what you
been through





















































Cuando Merilia abrió los ojos la mañana siguiente, se sentía realmente mal. Sintió los típicos rayos de sol golpearle la cara con fuerza, a pesar de que apenas eran los primeros del día. La cabeza le daba vueltas y parecía como si sus neuronas se hubieran peleado entre sí la noche anterior. Tenía la garganta seca y los labios agrietados por la falta de hidratación; debía beber agua urgente. Tallándose los ojos se encaminó al baño, solo para sofocar un grito en cuanto vio su reflejo en el espejo.

   Su pelo, siempre bien cuidado, parecía un nido de ratas de lo enredado que estaba. El rímel se le había corrido, manchando la parte inferior de sus ojos, dándoles un aspecto sombrío. Su labial también estaba corrido, o lo poco que quedaba de él.

   Si pensarlo dos veces se dio una ducha rápida para sacarse el mal olor que cargaba encima. Se despojó de su vestido, el cual olía a una combinación entre cigarro y alcohol, y lo dejó en el cesto de ropa sucia. Abrió la llave del agua y sin esperar a que esta se calentase, entró a la ducha. Ya dentro, el agua fría le trajo flashbacks de su noche anterior. Se recordó a sí misma en una carretera andrajosa, bailando con gente desconocida en una fiesta y luego ella acostada en una cama con Nicholas a su lado.

   ¡¿Nicholas?!

   Cerró el agua al instante y se envolvió en una bata azul marino de seda, no le importaba que su pelo estuviera empapado y fuera a mojar todo el piso a su paso, sólo tenía una cosa en mente: buscar respuestas.

   Salió de la habitación dando un portazo, sin importarle a quién despertara, y cruzó todo el pasillo hasta la habitación de Nicholas. Abrió sin molestarse en llamar y se lo encontró acurrucado debajo de una fina manta en una inmensa cama de color oscuro.

   Se acercó y lo zarandeó sin delicadeza.

   ―Joder... ―masculló él con los ojos cerrados.

   Merilia observó su pelo revuelto camuflarse entre las sábanas negras de raso y tiró con fuerza del edredón, destapándolo por completo, sin que le importara en absoluto lo muy cansado que pudiera estar. Agradeció haberlo encontrado en bóxer y no desnudo, aunque de igual forma quedó un poco descolocada.

   Nicholas dormía boca abajo, dándole un panorama perfecto de su espalda ancha, sus largas piernas y su espléndido trasero.

   Merilia se obligó a sí misma a cerrarse en lo que había ido a hacer.

   ―¿Qué pasó anoche? ―preguntó mientras lo zarandeaba con fuerza del brazo para que se despertara.

   Él gruñó, molesto, y la tomó de la mano para que se detuviera. De un momento a otro la tiró sobre la cama y cuando Merilia intentó soltarse, Nick afirmó su agarre sobre ella.

   ―Ni drogada te estás callada, joder ―volvió a maldecir y por fin se dignó a mirarla ―. ¿Qué quieres? ―le preguntó, soltándole la muñeca e inclinándose en la cama.

   ―¿Qué hice anoche mientras estaba drogada? ―le preguntó Merilia, esperando no haber hecho algo de lo que pudiera arrepentirse.

   Nicholas se inclinó más cerca y ella tuvo que usar todo su autocontrol para no retroceder.

𝗥𝗘𝗣𝗨𝗧𝗔𝗧𝗜𝗢𝗡  ❪ culpables ❫Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz