[08]

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Miedo.

El miedo consumía a las personas, las hacia actuar de manera diferente, y las orillaba al pánico ciego en donde su único mecanismo de defensa era quedarse quietos. Sin reaccionar, sin saber que hacer.

Es por eso mismo que Akaza se quedó por varios minutos en el pasillo viendo fijamente la puerta de Kyojuro.

¿Cómo debía reaccionar?

¿Cómo mierda había abierto la puerta?

¿Debía entrar a la habitación del Omega?

Sin darse cuenta, empezó a sudar frío, y por consecuencia su olor empezó a esparcirse en el pasillo.

Miró fijamente la llave en el piso, y se agachó lentamente para tomarla; una vez en sus manos, la apretó con fuerza.

Generalmente caminaría hasta la habitación de Kyojuro, y reclamaría que, qué carajo hacia en su habitación y como mierda había abierto la puerta.

Pero no lo hizo.

Su instinto le dijo que lo mejor era alejarse en cuanto antes.

Solo cuando vió a lo lejos el picaporte de la puerta de la habitación de Kyojuro empezar a moverse, fue cuando se puso en total alerta, metiendose rápidamente a su propia habitación, cerrando desde adentro.

Respiró rápido y de manera agitada.

No estaba seguro.

No estaba seguro.

No estaba seguro.

No estaba seguro.

Necesitaba salir de casa en cuanto antes.

Un sonido fuerte se escuchó en el eco de la mansión; y seguido de eso un pequeño grito. Con el corazón en la garganta, tomó un bate de metal en la esquina de su habitación, y quitó el seguro de su habitación, mirando hacia el pasillo.

La puerta de Kyojuro estaba abierta.

Olfateo, intentando localizar al rubio, y bajo las escaleras lo más rápido que pudo con el bate en manos.

Si el Omega planeaba atacarlo, no se dejaría matar tan fácilmente.

Su sorpresa fue enorme al ver al rubio sentando en el piso tapándose sus oídos mientras lloraba de manera desesperada.

De su labios salían pequeños y casi nulos susurros.

«Lo siento, lo siento, lo siento, lo siento»

Akaza miró la escena sin saber que hacer y sin comprenderla del todo. La ropa de Kyojuro estaba mojada del estómago, y sus manos tenían jabón.

A su lado, un sartén mojado.

¿Qué carajos debía hacer? El rubio ni siquiera lo estaba mirando, su mirada estaba fija el piso, y su respiración era tan irregular que parecía que en cualquier momento iba a ahogarse.

Solo cuando Kyojuro empezó a rascarse de manera sumamente agresiva sus brazos y cuello fue cuando reaccionó del todo.

Soltó el bate de inmediato, y al caer, un grito salió de los labios del rubio, para después taparse la boca de manera rápida y empezar a negar.

— K-kyojuro, oye..

El nombrado empezó a temblar, y con sus pies empezó a empujarse hacia atrás mientras negaba constantemente y miraba con total pánico al Alfa. Sus ojos amarillos estaban abiertos de par en par, y no dejaba de llorar. Incluso cuando chocó con la pared intentó hacerse más hacia atrás.

"THE MURDER OF ME." |⚠ +18| Omegaverse.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora