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Se vienen cosas muy feas en los siguientes arcos, lloren.

— × —

Cuando Keizo abandonó el lugar, Akaza se quedó solo con su hermano y su cuñada. Ahora el tema de conversación era variado, no tenía conexión alguna con absolutamente ninguna plática que habían tomado anteriormente, y, por ende, el único Alfa de la casa empezó a sentirse ansioso. Ya habían pasado al menos más de tres horas después de que habían llegado, y le preocupaba el abrumador silencio que se escuchaba en la planta de arriba, preguntas cómo «¿Qué estará haciendo?» «¿Estará bien?» «¿Y si se siente mal?» «¿Y si está teniendo un ataque?» pasaban una y otra vez por su cabeza. Después, pensó mil veces en si era una persona egoísta por dejar al Omega solo, cosa que descartaba casi de inmediato.

No era egoísta, y lo sabía, entonces, ¿Por qué no dejaba de culparse una y otra vez de los escenarios ficticios que su mente no paraba de darle?

Miró la intensa lluvia a través de las ventanas del comedor y se preguntó en que estaría haciendo y el porqué todo estaba tan silencioso. Pero entonces, hubo algo que le llamo la atención.

Desde la ventana, se podía ver un fracmento de la barda de la casa, en la cual había una pila de rocas grandes y medianas en forma de montaña. ¿Desde cuándo estaba eso ahí? No, más bien, ¿En qué hicieron eso ahí? Definitivamente no había sido él, de haberlo echo se hubiera acordado, ¿Kyojuro? No, imposible, odiaba salir y era todo un reto que pisara la tierra porque siempre se quejaba de que estaba sucia; ¿Entonces?

— ¿Me estás escuchando?

— ¿Ah?

La risita de su cuñada sonó entre el gruñido de su hermano, y el Beta miró con enojo al Alfa, solo así, volvió a repetir lo que dijo.

— Que si has estado checando las listas de los deudores. Pasado mañana hay una reunión de las Lunas superiores, y todo debe estar listo, ¿Entiendes? ¿Ya verificaste el contrato de los Rōmanji?, ¿Ya tienes las listas de material para los Warabihime, o cubiertos los pagos de los transportes de los.... De — se corrigió — Kibutsuji?

Una ola de melancolía lo recorrió desde la espalda cuando la palabra "Los" fue sustituida por el "De"; inevitablemente pensó en Kokushibo, su mejor amigo. Casi de inmediato se sintió culpable de nuevo, y las memorias le inundaron sin piedad. Quizá no era egoísta haber dejado por ahora a Kyojuro solo, pero el no considerar los sentimientos de su casi hermano cuando le expreso lo realmente arrepentido que se sentía por la situación... Quizá, quizá eso sí lo era.

Un escalofrío lo recorrió cuando recordó la última conversación que tuvieron por mensaje, en la cual, minutos después Kokushibo se había salido del grupo de amigos: «Hola Akaza, sé que te he estado evitando últimamente y lo siento por eso. Eres un muy buen amigo, y casi mi hermano y sé que lo que he hecho no tiene, básicamente, ningún remedio. Quiero decirte que en verdad me siento arrepentido de no haber puesto un alto y dejarme llevar por lo que decía mi padre. No sé que decirte, no sé que hacer tampoco. En verdad no soporto el peso el culpa y no tengo palabras para decirte lo arrepentido que estoy por haber lastimado a Rengoku. Lo siento, lo siento muchísimo» y él, simplemente lo dejo en visto. Pero no podían culparlo, no sabía cómo reaccionar, él también estaba evitando a Kokushibo y el tener que intercambiar palabras con él aunque sea por mensaje le hacía sentir incómodo. Sabía que no era del todo culpable el Alfa, pero aún así no se sentía cómodo con siquiera oler su presencia en el consultorio de Yoriichi, incluso le daba cosa entrar a su propia casa y encontrarse con un olor similar a la madera pulida por todos los productos químicos que Kyojuro usaba en la mayoría de la casa, con el cuál parecía ser casi adicto. De hecho, le molestaba, porque muy en el fondo entendía el porque el Omega se comportaba... "Así" con Yoriichi, y era casi obvio: Lo relacionaba , de alguna forma, con Kokushibo.

"THE MURDER OF ME." |⚠ +18| Omegaverse.Where stories live. Discover now