Capítulo 2 - ¿Nora?

1.9K 98 11
                                    

Nora.

La vida en junio es un tanto aburrida. Afortunadamente, he aprobado mis exámenes en mayo, por lo que estoy completamente libre, salvo por mi trabajo. Admito que trabajar con niños es fantástico. Son genuinamente divertidos y, muchas veces, consiguen que me olvide de mis problemas.

Ahora mismo me encuentro despidiéndome de ellos hasta mañana. Los campamentos urbanos tienen básicamente un horario escolar, pero en vez de recibir lecciones, los niños viven diferentes aventuras y experiencias con nosotros.

Me abrazan uno a uno antes de irse con sus padres. Finalmente, recojo mis cosas y pongo rumbo a mi casa. El día es tranquilo, como siempre a estas horas. La gente debe estar comiendo. Este calor me atormenta, pero he de decir que el ambiente veraniego me sube el ánimo.

Pienso en aquel chico que metí en mi casa hace un par de días. ¿Qué habrá sido de él? Mentiría si dijese que no le he buscado por Instagram. Tal como dijo él, era muy raro que no le hubiese reconocido. Estuve un par de horas stalkeandole hasta que me sentí una acosadora.

Estoy apunto de cruzar la esquina cuando escucho un par de voces masculinas.

- ¿Seguro que era aquí? - dice uno de ellos - Parece que no hay nadie.

- Sí, tío, estoy seguro.

- Tal vez se haya ido de vacaciones.

- Que no. - timbra en el telefonillo.

- Gavi. - advierte su acompañante.

Escondo mi sonrisa mientras avanzo hasta su lugar. Ambos me están dando la espalda, así que aprovecho el momento.

- ¿Puedo ayudaros en algo?

Ambos brincan del susto, haciéndome reír. Pablo me sonríe de oreja a oreja, pero su amigo parece estar aún recomponiendose.

- Nora. - me saluda con dos besos - Este es mi amigo Pedri.

Su amigo vuelve a respirar cuando me saluda también. Están vestidos con la equipación del Barcelona, lo que me hace mirarles curiosa.

- ¿Os habéis escapado de un partido? - insinúo divertida.

- Así que es verdad que no tienes ni idea de fútbol. - afirma Pedri para sí mismo.

Pablo mete un codazo que sobresalta a su amigo.

- Verás, - se aclara la garganta - la última vez me supo mal no pagarte por tu ayuda.

- No hago buenas acciones para que me recompensen por ello, Pablo.

- Lo sé, lo sé, pero me sigue sabiendo mal. - mira a su amigo - Así que quería invitarte a visitar el Camp Nou.

Pienso en su oferta, la cual hubiese rechazado inmediatamente si no hubiese sido por la ilusión en sus ojos.

- Si no lo aceptas, - interviene Pedri - tendré que escucharle lloriquear dos semanas, siendo optimistas.

Sonrío divertida por el comentario. Parecen hermanos por la pequeña discusión que están teniendo ahora.

- Claro, sí. - interrumpo su batallita - Me gustará ver donde trabajas.

- ¿En serio? - casi se pone a aplaudir - Vale, genial. ¿Me paso a por ti a las cinco mañana?

- Me parece bien.

Ambos se despiden de mí para subirse a un coche negro cuyo precio podría solucionarme la vida. Entro a mi casa deshaciendome de mi ropa hasta llegar a la ducha. Estoy sudada y necesito agua fría. Cuando salgo, me hago un plato de pasta que llena todos mis vacíos emocionales.

¿Eso era todo? || Gavi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora