Capítulo 9 - Lo sé.

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Gavi.

Estoy esperando a Nora en la salida de su trabajo. No nos habíamos visto desde la última comida que tuvimos. No me avisó de que se iría el fin de semana. Tuve que deducirlo por las publicaciones de Paul y Diego con ella en la playa.

Su moreno reflejaba ese par de días al sol y un plástico le cubre una pequeña parte de su brazo. Se ha tatuado de nuevo. Habla sonriente con los padres de un niño que no le suelta la mano. Se despide de ellos, entrando a recoger su bolso. Cuando sale y me ve, su expresión cambia a una fría y distante.

No le puedo culpar. Me he comportado como un cerdo, creyendo que así dejaría de sentir algo por ella. Pero ahora me duele que no me sonría como antes. Me da vergüenza admitir mi patético plan, y ella no tiene intención de ser agradable conmigo de nuevo. Muero por estar con ella, aunque me duela ver que estemos así.

Se sube al coche saludandome con un "hola" seco. Coge su móvil y habla por mensaje con alguien.

- ¿A dónde te apetece ir a comer?

- Quiero irme a casa. - responde cortante.

- Tenemos que aparecer públicamente. - explico, fingiendo que no me duele que no quiera estar conmigo.

- ¿No podemos subir una foto y ya? - sigue tecleando.

- No. - insisto - ¿Puedes dejar el móvil mientras hablamos?

- No.

Suspiro molesto. Estas batallitas de niños pequeños me tienen hasta las narices, aunque me lo haya buscado yo mismo. Paro el coche a un lado y le quito el móvil de las manos.

- ¡Devuélvemelo! - se enfada.

- ¿Podemos tener una conversación civilizada?

- ¿Contigo? - ríe sarcástica - No.

Sigo apartando su móvil para que no lo alcance. Se quita el cinturón, estirándose para llegar a él hasta quedarse sentada sobre mí.

- Gavi, en serio. - ordena - Dámelo.

- ¡Deja de llamarme Gavi!

- ¡Es tu nombre!

- ¡No! - sujeto sus manos para mantenerla quita - ¿Podemos parar?

- ¿Qué si podemos? - ríe - Empezaste tú a hablarme como si fuese mierda.

- Yo... - suspiro cansado.

- Ni te molestes. - me quita el móvil - No quiero que me des ninguna excusa. Soporta las consecuencias.

- ¿Y qué consecuencias son esas?

La sujeto de la cintura para que no se mueva de donde está. Me mira, sonriendo de lado. Se acerca a mi boca, poniéndome igual de nervioso que siempre. Sé que amenaza con besarme, pero nunca pasa nada... Hasta ahora.

¡Me está besando!

Sus labios son tan suaves como imaginaba, pero el beso es muy intenso. Se separa, mirándome muy de cerca, y esta vez soy yo quien la besa. Mis manos pasean su cintura y su abdomen hasta llegar a sus pechos. Ella me pasa la mano por el pelo y otra por mi pecho.

- Gavi. - susurra sobre mis labios.

- Por favor, no me llames así. - suplico robándole otro beso.

- Vale, - sonríe - Pablo.

- Dime.

- Quiero que me lleves a casa.

Su expresión vuelve a ser fría y mi cara debe ser un cuadro. Se separa, sentándose de nuevo en su sitio. Tardo un par de minutos en recomponerme. La llevo a su casa en total silencio. Me ha robado cada sentido de razón que tengo. Se baja sin decir nada, dejándome solo con mis pensamientos. Inmediatamente, pongo rumbo a la casa de mi amigo. No tardo ni quince minutos en abrir su puerta.

¿Eso era todo? || Gavi.Where stories live. Discover now