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Llevaban horas platicando, era raro para Minho ya que nunca se había sentido tan cómodo con alguien que no fuera su hermano. Era noche y se encontraban caminando sin ningún rumbo.

—– Es raro porque creí que me ibas a gritar o algo. —– Dijo Jisung riendo mientras recordaba su incidente de la mañana. —– Pero, eres alguien muy amable.

Jisung se sentía muy cómodo con ese chico a su lado, con solo tres horas juntos entablaron una muy linda amistad y eso les hacía sentir bien. Ya que a ninguno le resultaba fácil hacer amigos.

Minho rió —– Digamos que solo es una fachada, no me gusta discutir con gente o tener problemas.

Siguieron caminando y platicando, ninguno midió el tiempo que había pasado, pero el celular
de Minho comenzó a sonar.

—– Discúlpame. —– Jisung asintió mientras el otro contestaba. —– ¿Si?

—– ¿Minho? ¿Dónde estás? —– su voz se escuchaba agitada.

—– Estoy con un amigo, Innie. ¿Todo bien? —– su preocupación aumento.

—– N-no...esta pasando otra vez. Minho, mamá...

¡Perfecto! Salía un día y todo parecía ir mal en su casa. ¡Vaya suerte!

—– ¿Mamá que, Innie? ¿Ella está bien? —– se detuvo en seco haciendo que su acompañante se preocupara.

—– ¿Todo bien? —– susurró Jisung preocupado. Minho negó.

—– Papá está borracho y está peleando con mamá... se escuchan golpes. —– el chico lloraba. —– Llega ya, porfavor.

—– Llegó en 10 minutos, Innie, tranquilo. Quédate en el cuarto. —– colgó y volteó con Jisung. —– Me tengo que ir, al parecer mi madre se puso mal y mi padre no está. Perdón. —– Mintió. No quería que su nuevo amigo pensara lo peor de su familia, y aunque vivía en un ambiente horrible, no quería que se enterara.

—– Sin problemas. —– le dijo tranquilo. —– Sólo avísame si algo pasa. Que tu madre esté bien. —– le dijo sincero. —– Nos vemos mañana.

Minho no se despidió como de debía ya que tuvo que correr hasta su casa, por suerte no quedaba lejos. Le parecía sorprendente como no podía estar fuera ni un segundo de su hogar porque a su padre se le ocurría llegar ebrio dispuesto a golpear a su madre. Eso era como el pan de todos los días, desde que Minho tiene memoria, recuerda que se tuvo que meter a separar a sus padres, vio como su madre tenía que dormir con él porque su padre la corría de su habitación, vio como su padre los corría de la casa cada que vez que discutían. Lamentablemente Minho estaba acostumbrado a eso y con ello también su pequeño hermano.

Tuvo que crecer en un ambiente machista, donde si la mujer no limpiaba toda la casa con un trapo y jabón era una inútil, a Minho le parecía algo estúpido. Su padre a veces les decía que estaba orgulloso por tener dos hombres que cumplirían con su labor de tener una esposa para que los atendiera como se debía y que los complaceria con sexo. Por suerte, Minho y su hermano no tenían ese pensamiento a pesar de haber estado toda su vida en esa casa.

Llego a su hogar y pudo escuchar los gritos de su padre y los llantos de su madre suplicandole que la dejara en paz. Era increíble como los vecinos no había llamado a la policía. Antes de entrar le tuvo que avisar a su hermano que había llegado y que le hablara a la policía. Por suerte Jeongin se sabía todos los datos de su domicilio y no se le complicaría.

Tomo valor y entro a su casa viendo todo un desastre en la sala, botellas rotas, los jarrones de su madre en el suelo rotos, los sillones desacomodados y a su padre sosteniendo a su madre del cuello.

𝙱𝚊𝚓𝚘 𝚎𝚕 𝚟𝚎𝚗𝚎𝚗𝚘 𝚍𝚎 𝚊𝚖𝚘𝚛 || 𝙼𝙸𝙽𝚂𝚄𝙽𝙶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora