#6. DESPERTAR
Nicholas se quedó mirando la puerta principal sin hacer nada durante unos minutos. La puerta principal, que no estaba expuesta al sol, parecía particularmente oscura. Parecía que el lugar que conducía al exterior era más bien una cueva profunda y húmeda, que al solo mirarla te hacía sentir incómodo.
—Ah...
El hombre de mediana edad, que continuaba luchando con la puerta principal, finalmente declaró darse por vencido y parpadeó. Esto porque sintió algo agobiante en su estómago.
Tenía miedo de mirar hacia la parte inferior de su abdomen para identificar la fuente de la sensación, y más aún porque sabía lo que estaba pasando dentro de él. Lo que era aún más aterrador.
Los dos hijos le habían lavado el cerebro diciendo que para incubar sus huevos, tenían que seguir teniendo sexo. Y finalmente, parecía que el esfuerzo había dado sus frutos.
Como estaba en casa, pensó que estaba aumentando de peso, pero cuando vio el costado de su vientre hinchado, no pudo evitar dudar. Era difícil de creer incluso cuando lo vio, así que lo revisó varias veces. Al principio, su estómago creció lo suficiente como para que solo una persona pudiera notarlo, y cuando él lo presionaba, podía sentir una extraña sensación en su interior. Sin embargo, cuanto más pasaban los días, más se le hinchada el estómago, y al mismo tiempo, la sensación de que se encontraba dentro de él se hacía más clara.
Aterrado, Nicholas trató de negar el hecho de que había incubado huevos. Por eso se tocaba y se apretaba la parte baja de su abdomen casi todos los días, sin poder aceptar que en cada momento su estómago crecía cada vez más. Cuanto más pasaban los días, más aumentaba el tamaño de los huevos dentro de su estómago, como si estuviera revelando su presencia.
Ni siquiera podía saber si tenía una o dos cosas duras debajo de la piel de su estómago. Al darse cuenta de que podría haber varios huevos adentro, Nicholas inmediatamente tuvo náuseas. Incluso si quiso vomitar, se contuvo y nunca trató de hacer un sonido nauseabundo. A primera vista se comprobó que su estómago estaba hinchado, pero como psicológicamente estaba devastado no mostró ningún síntoma de embarazo.
Estaba claro que había pagado por disfrutar la lujuria. Incluso si él no quería exactamente incubar huevos, le era difícil negar que disfrutaba de la cópula promiscua con sus hijos.
Solo de recordar el enorme pene que entraba en él, aplastando todo a su paso, hizo que su vientre y su agujero le picaran. Incluso en una situación en la que sentía disgusto y desesperación con sus huevos, no podía renunciar a su secreta aspiración por un gran pene. Eso empujó a Nicholas aún más al abismo del autodesprecio.
─Hah...
Tan pronto como pensaba en la enorme verga de su hijo, le era difícil controlar el deseo de sentirlo en su interior. Incluso si se burlaba de él mismo, porque no era muy bueno en el tema de los huevos, cuando recuperó el sentido, pudo percatarse de cómo su trasero se retorcía y se frotaba obscenamente contra la grieta del estómago de su hijo.
El resultado de la tentación fue un apareamiento salvaje y sucio que era naturalmente inconcebible.
Se repetían los días en que estaba despierto teniendo sexo con sus hijos y padeciendo terribles pesadillas en sus sueños. Después de soñar con los reptiles temibles que iban a nacer, sintió una sensación de impotencia indeciblemente terrible.
Era como si algo dentro de él hiciera que no mostrara todas las emociones negativas que sentía en su interior, y que el órgano que procesaba todos esos sentimientos no pudiera hacer nada.
