Sólo una noche más.. [MitsuShino][+18]

"quedate conmigo"

- ¿ves? Ya terminamos -dijo la pelirrosa mientras la abrazaba por la espalda- tampoco es que hicimos un desastre total

Shinobu asintió a sus palabras, una vez que terminó de colocar los frascos en sus lugares. Luego se giró hacía ella y rápidamente le robó un pequeño beso. Dándole una sonrisa después, algo que siempre sonrojaba a Mitsuri.

- ¿vamos a casa? Quiero ir a dormir -volvio a hablar la pelirrosa, esta vez haciendo berrinche-  pero no quiero dormir sola.

- está bien, vamos -se soltó de su abrazo para luego ir y buscar un bolso pequeño- ya estoy para irme

Mitsuri tomó su brazo y ambas salieron de lugar rápidamente, dirigiéndose hacia su finca. No demoraron demasiado en llegar, por lo que en menos de una hora se encontrarían durmiendo abrazadas. Las horas pasaron y un nuevo día iniciaría, aunque esta vez, la pelirrosa no le permitió ir a trabajar.

- Shinobu.. Siempre te vas antes de que yo despierte y casi no tienes tiempo para mi -dijo desde la cama mientras le tomaba la mano a la pelinegra, quien estaba a nada de marcharse- por favor, quédate aunque sea un día conmigo.

- eh pero cariño... -la miró unos segundos y luego suspiró, dándole una pequeña sonrisa acompañada de un beso en la frente- está bien, pero sólo por hoy ¿ok? Ya luego tendré que trabajar.

Mitsuri sonrió emocionada, y luego de un jalón casi brusco, la tumbó a la cama acostandola sobre sí misma. Le acomodó la cabeza entre sus pechos, acarició su cabello mientras tarareaba muy felíz, no creía que Shinobu iba a aceptar quedarse. Ambas estaban en silencio, mientras la pelinegra se aferraba a ella en un tierno abrazo, la pelirrosa no paraba con sus caricias a lo que en no muy largo plazo, terminaron por volver a dormirse.

Mientras dormían, era obvio que se movían, sobre todo Mitsuri, quien se giró dejando a Shinobu sobre el colchón. Aunque la pelinegra no se soltaba, por lo que permanecieron unidas en todo momento. Era una escena muy adorable, ambas se veían en una paz completa. Las horas pasaron, por lo que poco a poco comenzarían a despertar.

Quien despertó primero fue Shinobu, como era de esperarse. Se soltó y con delicadeza se levantó, evitando que Mitsuri se despertará. Se dirigió lentamente a la cocina y entre bostezos y estiramientos, comenzó a preparar el desayuno, por lo que gracias al olor terminó de despertar a la pelirrosa. Por lo que rápidamente se dirigió a la cocina, abrazando por la espalda a la pelinegra la cual de un sobresalto dejó caer los utensilios.

- ¡Buenos días mi amor! -dijo con una sonrisa mientras aguantaba un poco la risa por el salto de Shinobu- (parece un pequeño gatito cada vez que se asusta, ¡que linda!) ¿qué preparas?

- el desayuno, no es mucho, deberiamos ir a comprar luego -dijo mientras abría un cajón- nos estamos quedando sin comida, hace mucho que no vamos de compras

Mitsuri la miró en silencio y luego miró a la cacerola. Mientras deslizaba las manos hacia la cintura de Shinobu, abrazandola desde ahí.

- es que tampoco estás en casa y no me gusta ir de compras sola -dijo casi en voz baja- ¿me acompañas esta tarde?

- está bien, vamos juntas -le sonríe y besa su mejilla- hoy estaré a tu servicio por completo

Luego del desayuno, ambas se prepararon para salir. Aunque como siempre, Mitsuri tardaba demasiado en arreglarse, por lo que Shinobu la esperaba sentada a un lado de la puerta, mientras tarareaba, golpeando sus piernas de forma suave siguiendo el ritmo. Al cabo de un buen rato, lograron poder salir y caminaron de la mano por un pueblo bajo dónde buscaron que comprar para el almuerzo.

- hmm Shinobu-san ¿qué quieres almorzar hoy? -dijo mientras miraba un pequeño puesto en el cuál vendían todo tipo de alhajas.

- lo que quieras tu, para mi estará bien -respondió mientras revisaba las frutas, eligiendo las mejores- pero de postre me gustaría un puré de frutas.