Final

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Hongjoong.

—Hongjoong —me llamó Seonghwa desde la cocina.

Lo escuché cuando bajé las escaleras, había ido a la habitación de Daehyun a dejar su ropa en los cajones, y al de las gemelas para hacer lo mismo. Por suerte Youngmi y Yangmi eran ordenadas con sus cosas, pero mi hijo mayor no, y estaba constantemente ordenando su habitación, aunque Seonghwa siempre me decía que Daehyun ya era grande, él ya tenía 10 años y que ya podía ordenar sus cosas solo, y sé que así era, pero su desorden era solo dejar su ropa en una silla y tener casi todos los vasos y platos en el velador acumulados, ya que nunca los bajaba.

Quizás ya debía hablar con él. No, debía hablar con él.

Caminé hacia la sala y Seonghwa salió de la cocina únicamente con el delantal puesto, me quedé quieto mirándolo como si hubiera visto a un fantasma y él se apoyó del umbral de la puerta.

—Por favor dime que estás usando ropa interior —le dije, y él se comenzó a reír.

—Claro que lo hago —se giró un poco y pude ver la tela de su bóxer.

—¿Y por qué estás así?

—¿No eras tú quien hace unos años me dijiste que sería bueno verme solo con el delantal? —no dije nada y me sonrojé. Claro que lo recordaba, pero la situación era diferente.

—¡¿Qué?! —creo que, a ese punto, ya parecía un tomate—. Seonghwa eso... eso fue cuando estábamos en algo y yo solo tenía las hormonas por las nubes, ¿bien? Fue solo por eso.

—Yo te dije que iba a cumplirte el sueño —murmuró, acercándose a mí—. Hay que aprovechar que los niños están en el colegio.

—¡Seonghwa!

—No sé por qué te da vergüenza, estamos casamos y tenemos tres hijos.

—Eso no importa, me da vergüenza igual.

Seonghwa volvió a reír y me empujó hacia él. Apoyé mi cabeza en su hombro y solo podía pensar que tenía al hombre más increíble y maravilloso como marido, que realmente tenía todo lo que quería una vez que comencé a tener sentimientos por él y creía que moriría si no pudiera encontrar la felicidad alejando esos sentimientos de mí. Seonghwa lo era todo para mí y juntos construimos algo que anhelábamos tener sin saberlo, pero que finalmente se dio.

Seonghwa se separó de mí y tomó su rostro en sus dos manos, lo miré a los ojos y estos brillaban como si estuviera viendo a un gran tesoro frente a él.

—Aún estás rojo.

—Claro que lo estoy, si ni siquiera llevas ropa.

—Ya me has visto desnudo —se burló de mí—. Y yo te he visto a ti.

—Me pondré más rojo.

—Te ves lindo así.

Crucé mis brazos detrás de su nuca y lo besé. Seonghwa me tomó de la cintura y luego sentí como hundió sus manos en mi cadera, entonces sabía lo que quería, por lo que me di un pequeño saltó y me subí a sus caderas, aferrándome a ellas con mis piernas, él se sujetó y caminó hasta las escaleras. Me separé de él y lo miré con el ceño fruncido, pero no dijo nada y subió las escaleras conmigo sobre él. Seonghwa a veces iba al gimnasio, por lo que no me sorprendió que estuviera más fuerte.

Llegamos a nuestra habitación y me recostó en la cama, quedó sobre mí y volvió a besarme. Sus manos se escabulleron dentro de mi playera, tocando mi piel. Pero pronto el celular de Seonghwa comenzó a sonar, indicando que le habían llegado notificaciones. Nos detuvimos y nos miramos, los dos agitados y tratando de regular nuestra respiración.

midnight mess | seongjoongWhere stories live. Discover now