Aegon II Targaryen, el primer vástago del rey Viserys Targaryen y su esposa, la reina Alicent Higthower.
Aegon, "EL USURPADOR" "EL BORRACHO" fue el triste legado que dejó sin precedentes. Una lágrima salió apresurada del rostro del joven rey cuand...
El sol alumbraba con fiereza la enorme habitación de la heredera, Rhaenyra quien dormía plácidamente en los brazos de su esposo. Un toque en la puerta hizo que la mujer se removiera con dificultad. Poco a poco abrió sus ojos, en donde unas suaves manos se deslizaban sosteniéndola por la cintura.
Sonrió al sentir el toque de las manos de un castaño, mientras que los ojos de su esposo figuran dando la bienvenida al sol. Rhaenyra se levantó al instante, pues la puerta de la habitación fue tocada nuevamente.
— Harwing, ¡levántate! ¡De prisa! — removió con brusquedad al juramentado que dormida plácidamente.
Leanor se puso en pie rápidamente, tomó un par de pantalones que estaban tirados y una camisa, se puso el cinturón y los zapatos. Mientras que Rhaenyra se envolvía en una bata de seda. Por su parte el castaño, imitó la acción de Laenor, pero en vez de quedarse a ayudar a Rhaenyra, el hombre salió de la habitación mediante un pasadizo.
En el reinado de Maegor, "el cruel" se ordenó construir varios pasajes entre los muros de la fortaleza, Rhaenyra los había descubierto gracias a sus amoríos con Daemon cuando a penas era una joven inocente. Poco después de casada, ella y su esposo, Ser Laenor, los usaban para entrar o sacar a sus amantes. Una clara complicidad entre el matrimonio.
Ambos se acomodaron en la mesa de manera, sentados uno a la par del otro, Laenor acarició la mano de su esposa y sonrió. Las puertas fueron abiertas, por estas Ser Harrold entraba con un semblante serio y preocupado.
— Princesa, Ser Laenor. — este hizo una corta reverencia. — Lamentó despertarlos tan a mesurado, pero el rey solicita vuestra presencia en la sala del trono. — informó el comandante y la pareja se levantó inmediato para encaminarse hasta donde les solicitaban.
Las puertas del salón del trono fueron abiertas, la corte parecía estar en revuelo, Laenor quien entró tomando de la mano junto a Rhaenyra pudo ver a lo lejos a su padre, Lord Corlys, había regreso de los Peldaños de Piedra, su rostro parecía desesperado, y cansado.
La pareja de jóvenes se apresuró hasta llegar donde el amo de Driftmark se encontraba, los presentes hacían una reverencia al notar que la princesa pasaba frente a ellos, y todas las miradas recaían en el vientre abultado de casi ocho lunas de la joven.
El rey se mantenía firme en el trono, con su cabeza en alto, y un rostro neutro. Aunque parecía algo cansado, y amedrentado, se limitó a ser fuerte. Un rey no podía demostrar debilidad.
