"MI DULCE NIÑO."

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ᴇɴᴠᴜÉʟᴠᴇᴍᴇ ᴇɴ ᴛᴜ ᴛᴏᴅᴏ, ᴛᴇ Qᴜɪᴇʀᴏ ᴇɴ ᴍɪꜱ ʙʀᴀᴢᴏꜱ, ᴏʜ, ᴅÉᴊᴀᴍᴇ ᴀʙʀᴀᴢᴀʀᴛᴇ

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ᴇɴᴠᴜÉʟᴠᴇᴍᴇ ᴇɴ ᴛᴜ ᴛᴏᴅᴏ, ᴛᴇ Qᴜɪᴇʀᴏ ᴇɴ ᴍɪꜱ ʙʀᴀᴢᴏꜱ, ᴏʜ, ᴅÉᴊᴀᴍᴇ ᴀʙʀᴀᴢᴀʀᴛᴇ. ɴᴏ ᴛᴇ ꜱᴏʟᴛᴀʀÉ ᴅᴇ ɴᴜᴇᴠᴏ, ᴄᴏᴍᴏ ʜɪᴄᴇ.
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El sol estaba en su punto más alto, Rhaenyra disfrutaba junto a Alicent y los pequeños de la hermosa tarde en Godswood, Heleana era muy unida a Aegon, ambos niños no se separaban uno del otro. Inclusive el rey había mencionado que hacían una Dulce pareja, y que sería buena idea que ambos niños se casaran al alcanzar la edad adecuada. Ambas madres parecían complacidas con la idea, pero Rhaenyra había dado su palabra a Lord Rickon Stark de casar a Aegon si la esposa del norteño daba a luz a una niña y la mantenía.

Las tortas de Dulce de leche fueron colocadas sobre la mesa, así mismo galletas, y pasteles de todo tipo, el primero en atragantarse hasta quedar repleto de todo fue Aegon. Las risas no se hicieron esperar cuando el príncipe consentido de la corona vio que la última tarta de dulce de leche iba ser tomada por su hermano menor, Jacaerys quedó perplejo cuando Aegon se la arrebató de las manos, y la devoró en pocos segundos.

— ¡MADRE! ¡MADRE! — Jace llamó incesante a Rhaenyra con sus ojitos llenos de lágrimas.

Rhaenyra se levantó de inmediato de la manta que  estaba extendía sobre el pasto en donde ella y Alicent leían al pequeño Aemond.

— ¿Qué sucede cariño? — pregunto la joven a su hijo.

— Aegon, comió tarta. — trató de explicar el pequeño de dos días con el nombre con el siseo de las lágrimas.

Rhaenyra comprendió lo que su hijo primogénito había hecho, la joven dirigió su mirada a Aegon el cual estaba lleno de migajas de tarta y lustre de postre de fresas. Su corazón no pudo enojarse con el pequeño, aunque sabía que había hecho mal, aún así la princesa se limitó a hacerle saber que no estaban bien lo había hecho, sin dañar los sentimientos de su hijo mayor.

— Egg. — lo llamó y el niño levantó su mirada esperando el regaño de su madre. —

— Si, madre. — sintió su corazón latir a mil, en especial cuando vio a Rhaenyra levantarse y dirigirse a él. Por un momento pensó que sería golpeado por su madre. Cerró sus ojos y espero el golpe como en su vida pasada.

Rhaenyra caminó hasta donde su hijo mayor estaba, se hinco a la altura de este y con sus suaves manos limpio las migajas de tarta que caían sobre sus vestimenta, cara y labios. Los atrajo hacia él y lo envolvió en sus brazos con amor.

𝐄𝐋 𝐏𝐑Í𝐍𝐂𝐈𝐏𝐄 𝐐𝐔𝐄 𝐃𝐄𝐁𝐈Ó 𝐒𝐄𝐑.Where stories live. Discover now