💀Cazador o Demonio 😈

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Unos días después del ataque del monstruo Samy preparo el desayuno de nuevo, pero esta vez no había leche y es que parece que la poca que quedaba se terminó. Para mí era un tema sin importancia pero al parecer para él no, pues se notaba nervioso.

-Ey, ¿Qué pasa? -pregunté al verlo tan pensativo.

-Es que, mami me dijo que nunca dejara de tomar leche porque me podría enfermar y ya no hay...

-Tranquilo, no creo que te pase nada -intenté minimizar el problema, pero no pareció funcionar. Samuel estaba demasiado pensativo- ¿Dónde conseguimos más? -dije ya más fastidiado.

-No sé, mami, siempre me daba de su pecho -su respuesta me dejó intrigado y confundido, pero no era un tema a revisar.

-¿Y no hay otra forma? -le cuestioné, intentando ser objetivo -el niño se llevó su manita al mentón con la ceja alzada y sus ojos mirando arriba contestó.

-Umm, creo que... recuerdo una vez que mami se sentía mal, me pidió que escupiera en un vasito y se fue con dirección al pueblo, cuando regresó, lo hizo con un poco de leche.

-Pues asunto resuelto, vayamos al pueblo y ya está -expresé resuelto y un tanto emocionado por conocer un poco más de los humanos que papá tanto detestaba.

-No lo sé, no siento que sea buena idea, mami no me dijo cómo consiguió la leche, ni con quién, además tengo prohibido ir al pueblo, mami dijo que no era lugar para bebés -respondió un sin sentido.

-Sí, pero ya no eres un bebé, por lo otro es solo cuestión de buscar y ya está -me levanté del sillón y al notar feliz y animado a samu, le tome de su manita-, vamos, estando juntos sabes que podremos ir y venir sin problema.

-Está bien, pero usaremos algo especial para ir -se soltó de mi agarre y salió corriendo a su cuarto.

Seguí detrás suyo dando un salto de la silla y caminé hasta su habitación, dentro estaba buscando algo en su guardarropa. De su interior sacó una capucha para cada uno.

-¿Y esto para qué? -nada más tenerlo entre mis manos le cuestioné intrigado por el atuendo. Casi sin hacerme caso, el pequeño contestó concentrado en la tarea de ponerse la capucha.

-La última vez que intente ir al pueblo, mi mami me castigó mis pompis por eso, me explicó que ningún aldeano me debía ver, no sé porqué, pero lo que sí sé es que si no nos ven, mami seguro no nos regañaría -contestó el muy ingenuo.

Sin mayor dilación tomamos camino hacia el pueblo caminando por un sendero a través del bosque. Estaba con mi verdadera forma para evitar que algún animal intentará atacarnos y había funcionado ya que ninguno cometía el error de intentarlo.

La caminata nos llevó un buen rato hasta las afueras del pueblo, el lugar parecía estar en ruinas con algunas chosas derrumbadas y las calles invadidas de plantas. Era claro que el lugar se estaba recuperando de algún evento importante.

Nuestros pasos nos llevaron a través de las calles de la que fue en algún momento una mini ciudad, unos ruidos se escuchaban delante nuestro.

-¿Sabes qué sucedió? -pregunte avanzando con cuidado.

-No, nunca había llegado tan lejos -contestó Samu, se detuvo frente a mí y me observó un breve, pero incómodo momento antes de decirme-. Deberías esconder tus cuernos por si alguien nos ve.

-De acuerdo -me convertí en un pequeño niño de nuevo y la ropita dejó de apretar, contrario a eso me quedaba suelta.

Llegamos cerca del mercado avanzando despacio buscando quien vendiera la dichosa leche y para nuestra suerte mi gran olfato no tardó mucho en encontrar un olor lo más similar a lo que nos concernía. Samu difería en el notable éxito que nos había otorgado mi olfato, alegando que ante su naricita no había nada que oliera como la leche de su mamá, pero igual atendió a mis intenciones y nos acercamos hasta donde estaba nuestro ansiado objetivo.

Lucy "Destino"Where stories live. Discover now