Capítulo X: Somos Novios

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Los días eran lentos, la rutina de recuperación era mucho más distendida de lo que Erling hubiera podido anticipar. No podía hacer mucho más que unos pocos ejercicios diferidos al resto del equipo, con el constante seguimiento de los médicos y el personal asegurándose que no estuviera haciendo esfuerzos innecesarios.
Estaba aburrido, quejumbroso y se irritaba con facilidad en esa primera semana, sabía que no estaba siendo la compañía ideal y en parte sentía culpa de cargar con esa nube tormentosa encima de su cabeza. Sabía que Julián debía estar harto de escuchar sus quejas sobre las sesiones de kinesiología, de escucharlo moverse en la madrugada desde su cama, a la que tuvo que volver a regañadientes una noche porque Haaland no podía quedarse quieto debido a la incomodidad de su lesión y él debía dormir ya que ahora tenía que reemplazarlo en la cancha, lo que le impuso una rutina más reñida.

-Te juro que no me molesta, Er -había susurrado Julián-. It isn't a big deal for me. (No es para tanto para mí)

Haaland sonrió en la oscuridad y dejó un beso en sus labios, lento y dulce, justo como sabía que al argentino le gustaba.

-Don't be silly, Julián. You need your rest and I need to toss and turn every two minutes, it'll only be a few weeks. (No seas tonto, Julián. Vos necesitás tu descanso y yo necesito dar vueltas en la cama cada dos minutos, sólo serán un par de semanas)

Eso al argentino no le gustó nada y lo demostró haciendo el puchero más lindo que Haaland le hubiera visto en todo el tiempo que llevaban conociéndose, casi haciéndolo retractarse de sus palabras en ese momento.

-Come on, now. Go. (Dale, ahora. Andá)

Besó el puchero del argentino hasta que ya no estuvo ahí, disuelto en los suaves roces de sus labios. Llevó sus manos a la cara del castaño y los separó, ganándose unos cuantos sonidos de protesta.

-Bueno, está bien. Pero que conste que me voy porque vos querés, no porque yo quiera. Porque por mí gira y movete todo lo que vos quieras.

Habló rápido y por lo bajo mientras se desprendía de su agarre, giró en la cama y salió de ésta para encontrarse de primera mano con el frío de la noche.

-Ay, la puta que te parió, Erling -maldijo en un susurro-. Está helado encima.

Haaland rió de buena gana, lo que sólo potenció la indignación de Julián.

-Ah, ¿te parece gracioso, eh? ¿Te entretiene saber que me cago de frío en esta cama, sólo?

-Ah, stop that. You're so dramatic. (Ah, pará con eso. Sos tan dramático)

Fue el turno de Julián para reír mientras se introducía en su cama, sintiéndose extraño al tener que girarse para mirar al rubio, o en su dirección al menos -dada la oscuridad- en vez de simplemente sentirlo a su lado.

-Erling.

-What is it? (¿Qué pasa?)

-Will you miss me when I'm gone? (¿Me vas a extrañar cuando me vaya?)

El corazón del noruego se estrujó en su pecho y suspiró antes de responder.

-You know I will. (Sabés que sí)

El argentino sonrió en la oscuridad y llevó las sábanas hasta sus mejillas.

Habían conversado muy poco sobre la semana que Julián pasaría en Argentina, Julián había pensado varias veces en la posibilidad de invitar al rubio a acompañarlo pero desistió al pensar en todas las posibles consecuencias, como la prensa y donde se hospedaría Haaland, porque él estaría concentrando con la selección, y no era como que Erling pudiera simplemente ocupar el departamento que Julián aún conservaba en Buenos Aires, ¿verdad?
Pero ahora, quería saber que pasaba por la mente del noruego, quería oírlo hablar de lo que sentía, cómo siempre lo había hecho.

notice me • erling haaland x julián álvarez Donde viven las historias. Descúbrelo ahora